La Administración de Joe Biden ha liberado a Alex Saab, que fue extraditado de Cabo Verde a Estados Unidos para ser juzgado por lavado de dinero. A cambio, Nicolás Maduro liberará a algunos de los al menos diez ciudadanos estadounidenses que permanecen presos en Venezuela, según fuentes diplomáticas.
La Casa Blanca no respondió a las peticiones de ABC de información sobre este asunto.
EE.UU. ha acusado durante años a Saab de ser un testaferro de Maduro, alguien con abundante información sobre su fortuna. En este sentido, la liberación de Saab es una gran concesión a Maduro, un dictador por el cual las autoridades norteamericanas ofrecen 15 millones de recompensa.
El Gobierno de los EEUU tiene pruebas de que Saab canalizó la extracción de 350 millones de dólares de las arcas públicas de Venezuela para lucro personal a través del sistema fiscal de EE.UU.
Aunque el caso de Saab emana de una denuncia en los juzgados de Florida sobre lavado de dinero y alzamiento de bienes, la inteligencia de EE.UU. dispone de numerosos detalles de las actividades ilícitas del llamado testaferro de Maduro, incluidos dos grandes escándalos que le colocan en medio de las relaciones entre el chavismo e Irán.
Uno de esos casos es el robo de al menos 300 millones a través de un fraude masivo en que se adulteró y malvendió ayuda humanitaria (las famosas bolsas CLAP), que le han valido para comprar mansiones como la que hace poco fue requisada en Colombia. El otro, la manipulación de los sistemas de canje de oro y crudo por alimentos, que en teoría son intercambios humanitarios, pero que en realidad le han permitido a Saab y a Maduro enriquecerse ilícitamente.
Lo más importante: EE.UU. tiene datos de que esos sistemas de canje le permiten a Maduro, por medio de Saab, recibir pagos de Irán, su principal socio hoy día.
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