En un foco de inseguridad, consumo de sustancias alucinógenas y botadero de basuras se ha convertido el edificio donde funcionaba el antiguo Seguro de Los Andes, que se encuentra ubicado en la calle 57 con carrera 24, en el suroccidente de Barranquilla.
Así lo aseguran los vecinos y residentes del sector, quienes denunciaron que la edificación lleva más de una década en abandono y se ha convertido en el sitio “perfecto” para que las personas ingresen a cualquier hora del día a consumir todo tipo de drogas.
José Polo, quien lleva viviendo más de 20 años enfrente de la edificación, afirmó que es común ver en horas de la noche que los jóvenes, tanto hombres como mujeres, ingresen al lugar por un costado de las rejas oxidadas.
“Eso de noche es muy oscuro y la gente aprovecha e ingresa por más de dos horas. Uno en la noche se siente inseguro hasta en la puerta de su casa porque pareciera que vinieran personas de todos los sectores de la ciudad a fumar vicio a ese antro”, manifestó.
Afirmó que pocas veces la Policía hace rondas por el lugar y eso facilita el acceso de los jóvenes a las instalaciones enmontadas y deterioradas, a pesar de que cuenta con vigilancia privada durante el día y la noche.
“Cada vez la inseguridad está proliferando más y es una situación que tienen que controlar, porque no veo que hacen nada con esa edificación”, sostuvo Polo.
Por su parte, Salvador Ruiz, residente del sector, señaló que desde hace años la comunidad viene escuchando que van a construir un centro comercial en el lugar, pero hasta el momento solo han puesto una valla.
“Supuestamente este año empieza la construcción del centro y van a realizar una implosión de la edificación, si es así que sea rápido, porque los vecinos ya no aguantamos más la inseguridad que se vive alrededor”, recalcó Ruiz.
El Seguro Social de Los Andes fue uno de los centros asistenciales más completos de la Región, dejó de funcionar en 2006, cuando la entidad entró en liquidación, desde entonces se encuentra abandonado.
Asimismo, Ruiz afirmó que diariamente entran al lugar chatarreros y recicladores, quienes salen con pedazos de aluminio, hierro y otros materiales. “Supongo que los cogen para venderlos después por chatarra. Además, que por las basuras tiran y amontonan en el lugar, el olor se vuelve penetrante”, denunció.
ELHERALDO