
Separó a una niña de 10 años de sus padres durante tres meses, la maltrató y, con ello, contribuyó al suicidio de su madre en 2017. Es lo que hizo el Hospital Johns Hopkins All Children’s de Florida con la pequeña Maya Kowalski, de acuerdo con el jurado del caso, y por lo que deberá indemnizar a la familia de la víctima con 261 millones de dólares.
Los hechos comenzaron en octubre de 2015, cuando Maya y sus padres, Jack y Beata, acudieron a Urgencias del hospital por un dolor muy fuerte de la niña. Allí, le diagnosticaron Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) y le recetaron un tratamiento con ketamina, de acuerdo con Telemundo.
Sin embargo, personal del hospital aseguró que la madre de Maya sufría el Síndrome de Munchausen y había cometido maltrato infantil. También afirmaron que la mujer había administrado a la pequeña dosis excesivas de ketamina, lo que había provocado un empeoramiento de la niña.
El hospital denunció a Beata ante las autoridades del Departamento de Niños y Familias, lo que impidió que los padres abandonaran el centro médico con la pequeña. Como resultado, Maya permaneció separada de su familia 90 días. Ante la ausencia de la menor y las acusaciones, la madre terminó suicidándose.
Con posterioridad, la familia demandó al hospital por negligencia médica, homicidio colposo -por presuntamente causar el suicidio de la madre- y detención ilegal, entre otros cargos. El centro médico ha sido considerado culpable ahora de siete delitos, incluido daños y perjuicios por encerrar a la niña en una habitación equipada con videovigilancia durante 48 horas, dejarla en ropa interior y fotografiarla sin permiso de sus padres o un tribunal, de acuerdo con Tampa Bay Times.
La trágica historia de esta familia ha gozado de cierta popularidad por ser el argumento del documental de Netflix ‘Take care of Maya’.