A las 17.10 horas de la tarde de este viernes confirmaban a ABC la liberación de Adina Moshe, de 72 años, la mujer que fue secuestrada el pasado 7 de octubre y que se pudo ver cómo terroristas de Hamás la llevaban en una motocicleta al corazón de Gaza. La imagen se hizo viral: era la confirmación de su secuestro y de que, al menos en ese momento, seguía viva.
Este martes, cuando se anunció el acuerdo para liberar a 50 rehenes israelíes a cambio de 150 palestinos, Inbar, la sobrina de Adina, se mostraba contenta pero nerviosa por si su tía estaba o no entre ese medio centenar de liberados.
Finalmente, este viernes, ella, que vive desde hace 20 años en Barcelona, daba la segunda confirmación de la liberación de Adina, tan solo cinco minutos después de que ella misma conociera la noticia a través del chat familiar. «Lo vieron allí en la televisión». Sin embargo, sabe poco del estado de su tía, pues por el momento el protocolo es trasladar a todos los rehenes liberados a los hospitales «para que les hagan un chequeo»: «Imagino que este fin de semana sabré más», dice con un tono de voz que denota su alegría. «Yo creo que cuando la saquen del hospital, la familia irá a verla», aunque creo que algunos de los miembros «más cercanos» estarán con ella, indica. También afirma que ha habido bastante secretismo sobre los detalles: «Solo sé que estaba en la ambulancia y a lo largo de este fin de semana me darán más información».
En cuanto a cómo se siente tras conocer la liberación de su tía, Inbar afirma que está «muy contenta«. Además, era «muy optimista»: «Estoy muy emocionada, casi llorando, porque es una alegría muy grande».
Cuando se conoció la liberación de mujeres y niños, no estaba claro si estarían incluidas aquellas que no tuvieran hijos. «Ha sido muy confuso, pero al principio dijeron que también liberarían a mujeres mayores, si no hoy, en los próximos días».
El secuestro de Adina Moshe ha sido uno de los más conocidos, pues se la pudo ver en una motocicleta entre sus captores, aquel 7 de octubre.
Adina y su marido Said estaban escondidos en la habitación protegida de su casa cuando los terroristas entraron en ella. «Mi tío intentó bloquear la puerta y no pudo». A Said le dispararon a través de la puerta del cuarto cuando intentaba mantenerla cerrada. Su mujer, Adina, pidió ayuda desesperadamente e intentó detener la hemorragia hasta que los terroristas volaron la ventana de la habitación segura y dispararon a Said varias veces para asegurarse de que no sobreviviría. Adina, tras presenciar cómo mataban a su marido, «fue secuestrada descalza» a través de la ventana de la estancia ‘segura’, según relataró alguno de los testigos que presenciaron este ataque.
Mientras esto ocurría, en una casa cercana, el hijo de Adina y Said, Amos, junto a su esposa, Corin, y sus cinco hijos también estaban siendo atacados. La familia se encerró en una habitación protegida de su casa y Amos mantuvo la puerta cerrada durante 7 horas para que los terroristas no pudieran entrar. Dispararon varias veces contra la puerta para intentar abrirla, pero resistió. Los terroristas permanecieron en su casa durante horas. «Por suerte pudieron salvarse», señala Inbar.