
Cuatro días después del terremoto político que ha sacudido a Portugal, tras la detención de, entre otros, el jefe de Gabinete del primer ministro en el marco de una investigación judicial por presunta corrupción que involucra al propio mandatario, António Costa se dirigió la noche del sábado a la nación para explicar las políticas gubernamentales relacionadas con la explotación del litio en las localidades de Montealegre y Boticas, al norte del país. Hasta la fecha, más allá de las detenciones por su presunta implicación en la trama de varios políticos y empresarios, el escándalo le ha costado el puesto y ha abierto una crisis sin precedentes que desembocará en unas elecciones legislativas anticipadas el 10 de marzo de 2024.
En horario de máxima audiencia, Costa abrió su mensaje pidiendo perdón a los portugueses, para, acto seguido, aclarar que una de las líneas de su gestión ha sido la búsqueda de inversores extranjeros en el país, de la que se siente «orgulloso». Pero no tardó en encarar la crisis abierta a propósito del proceso judicial sobre el que, explicó, «nos sorprendió esta semana con sospechas muy graves que desembocó en mi despido».
Y añadió que «sin querer sustituir a la Justicia, no puedo dejar de compartir con mis conciudadanos que la incautación de sobres con dinero en la oficina de una persona con la que elegí trabajar –su ex jefe de Gabinete, Vítor Scária–, más que herirme por la confianza traicionada, me avergüenza y pido disculpas a los portugueses.
Costa defiende la inversión
Costa defiende el «esfuerzo de atracción de inversiones» del Gobierno y la necesidad de «aprovechar al máximo las infraestructuras del país». «Estoy orgulloso de que, en estos ocho años, la inversión extranjera haya alcanzado los 56.000 mil millones de euros, una inversión que ha contribuido a la creación de 650.000 puestos de trabajo, de los cuales 450.000 son cualificados». Y subrayó que este esfuerzo está «regulado por la ley» y no puede depender de «decisiones arbitrarias», dirigiéndose a los inversores y afirmando que siguen siendo «bienvenidos» en Portugal.
El todavía primer ministro añadió que el esfuerzo para atraer inversiones debe realizarse «con total transparencia», «está sujeto a control» y «nunca puede ser el resultado de una mera decisión arbitraria de ningún miembro del Gobierno». E insistió que «hoy y siempre, la inversión empresarial es bienvenida y será bien recibida». Al cierre de su alocución se dirigió a los periodistas para señalar que «a la Justicia lo que es de la Justicia y a la política lo que es de la política significa que para los futuros gobiernos de Portugal hay que garantizar su libertad política». Costa, además, confirmó que no volverá a ostentar ningún cargo público.