Más de 40.000 personas huyeron de sus hogares en Puerto Príncipe en un lapso de diez días este mes, cuando la capital haitiana se ha visto golpeada por un aumento de la violencia de pandillas, ha dicho la agencia de la ONU para la migración.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha descrito esta ola de desplazamientos como la peor en dos años, con un total de 40.965 personas en Puerto Príncipe desplazadas entre el 11 y el 20 de noviembre, algunas por segunda o tercera vez. «La escala de este desplazamiento no tiene precedentes desde que comenzamos a responder a la crisis humanitaria en 2022», dijo en un comunicado Gregoire Goodstein, jefe de la OIM en Haití.
Durante las últimas dos semanas, varios barrios de Puerto Príncipe y sus alrededores fueron escenario de violentos enfrentamientos en los que participó ‘Viv Ansanm’ («Vivir juntos»), una alianza de pandillas formada en febrero para derrocar al entonces primer ministro Ariel Henry, quien renunció en abril.
En total, más de 700.000 personas han sido desplazadas en Haití, según la organización. «Esta crisis no es sólo un desafío humanitario. Es una prueba de nuestra responsabilidad colectiva», añadió Goodstein.
La ONU también ha ordenado la evacuación de su personal de Puerto Príncipe debido a la intensificación de la violencia entre las bandas, la policía y los civiles, tal y como informa la agencia Al Yazira.
Haití ha sufrido inestabilidad política durante décadas. Su crisis de seguridad más reciente está vinculada a la presencia de bandas armadas acusadas de asesinatos generalizados, secuestros y violencia sexual.
Las pandillas atraen a menores
La cifra de menores reclutados por bandas armadas en Haití ha aumentado en un 70% en un año y son casi la mitad de los miembros de las pandillas en ese país arrasado por la violencia, según informó Unicef el pasado domingo.
«Este pico sin precedentes, registrado entre los segundos trimestres de 2023 y 2024, apunta a un empeoramiento de la crisis de protección de la infancia», ha dicho en un comunicado la agencia de la ONU para esta población. «Actualmente, cerca de la mitad de los miembros de grupos armados son niños», ha sentenciado la entidad.
Unicef afirma que la escalada de violencia, la pobreza generalizada, la falta de acceso a educación y el casi colapso de los servicios esenciales alimentan el reclutamiento masivo de menores.
«Los niños de Haití son presa de un círculo vicioso: son reclutados por los mismos grupos armados que alimentan su desespero, y su número no para de crecer», declaró la directora general de Unicef, Catherine Russell, citada en el comunicado. «Esta tendencia inaceptable debe invertirse garantizando que la seguridad y el bienestar de los menores sean prioridad para todos los actores», añade.
Desde finales de febrero, Haití, país ya sumido en años de crisis, enfrenta un aumento de ataques de pandillas acusados de homicidios, secuestros y violencia sexual a gran escala. Estas pandillas, que controlan aproximadamente un 80% de la capital Puerto Príncipe, la emprenden regularmente contra los civiles pese a que este año se desplegó una fuerza de apoyo a la seguridad liderada por Kenia y que cuenta con el apoyo de la ONU.
Jimmy Chérisier, expolicía convertido en pandillero apodado «Barbecue», formó este año una coalición de estos grupos armados para obligar el retiro del impopular primer ministro Ariel Henry, que renunció en abril.
Tras semanas de lucha por el control del gobierno, su sucesor Garry Conille acaba de ser destituido por el consejo presidencial de transición, que en su lugar nombró a Alix Didier Fils-Aimé.