Detrás de los 230 rehenes que Hamás secuestró el pasado 7 de octubre se esconden muchas historias, algunas de ellas se van conociendo poco a poco después de las liberaciones pactadas entre el grupo islamista e Israel. Una de ellas es la de Mia Leimberg, de 17 años, y su perra Bella.
La joven israelí había sido raptada cuando ella y su madre estaban visitando la casa de su tía en el kibutz Nir Yitzhak para las celebraciones de Simjat Torá. Llevaron consigo a Bella en el viaje mientras que el padre se quedó en casa descansando para recuperarse de un resfriado, según cuentan en el diario israelí ‘The Times of Israel’.
El padre pensó inicialmente que Bella había desaparecido, sin pensar que podría estar retenida también junto a su hija por Hamás, la estuvo bucando durante un par de semanas, pero desistió la idea porque no la encontraba.
Mia no quería revelar a los milicianos que tenía escondida a su perra con ella por temor a que se la arrebataran: «Bella permaneció en silencio, nunca ladró y nunca llamó la atención sobre su presencia», dijo la joven tras ser liberada. La dueña de Bella también ha revelado que compartían incluso la comida durante los más de 50 días que han estado retenidas.
La familia de Mia se tuvo que esconder en una habitación usando una silla para mantener la puerta cerrada, sin embargo Mia, su madre y su tía no consigueron refugiarse y los milicianos llegaron hasta ellas para llevárselas.
Este martes han sido liberadas como parte de un grupo de 12 rehenes (10 israelíes y dos tailandeses). En el vídeo difundido por Hamás se puede observar a Mia agarrando fuertemente a su perra mientras se dirigían al coche de la Cruz Roja.
En los siete días que ha durado la tregua entre Israel y Hamás, los milicianos han liberado a 97 israelíes, entre ellos niños y mujeres, e Israel ha dejado en libertad a 210 palestinos que estaban en las cárceles.