«La guerra no ha acabado». Con este contundente mensaje arranca el post en X con el que el ejército de Ucrania ha compartido el vídeo del villancico con el que quieren felicitar las fiestas a todos sus seguidores. La intención es clara: recordar al mundo que aún hay combates en su territorio, que Rusia sigue atacando y que, aunque se acercan los dos años ya de conflicto, aún no ha acabado la contienda.
El villancico está construido sobre varios, que a su vez están versionados. En las letras de diversas canciones populares, modernas y clásicas, introducen ideas como que necesitan ayuda, que el fuego de las bombas no es nada acogedor y que muchos de ellos no pueden volver a sus casas para disfrutar de las fiestas.
Los escenarios en los que estos soldados entonan las canciones no son elegidos al azar, ni mucho menos. Son edificios, calles o trincheras en las que se ve la destrucción provocada por los ataques rusos. Algunas de ellas no son más que ruinas, otros son esbozos de los muros que una vez fueron.
En las voces de los coros de cada villancico no solo se insiste en el mensaje «la guerra no ha acabado», sino también en un mensaje directo a Rusia y a los países y medios de comunicación que están, en su opinión, tapando lo que sucede en Ucrania: «Incluso aunque tú insistas en ello».
El hastío bélico y, sobre todo, la guerra entre Israel y Hamás ha hecho que el conflicto en Ucrania pase a un segundo plano en muchos medios de comunicación. La contienda está siendo mucho más larga de lo que Putin hubiera esperado, e incluso algunos destacan que puede ser una guerra que se enquiste durante muchos más años.
Navidad en Ucrania
Incluso pese a la situación que pasan, en Kiev intentan volver a celebrar la Navidad con la mayor normalidad posible. Prueba de ello es que varias iglesias del país pudieron acoger misas del Gallo, en las que los rezos y oraciones fueron de manera casi unánime dedicados a los soldados en el frente y a que se imponga una solución al conflicto cuanto antes.
No es una cuestión menor. La Navidad no se celebraba en Ucrania como tal desde tiempos previos a la ocupación soviética, ya que el régimen no creía en este rito religioso. Esta es una demostración más del distanciamiento que quieren establecer desde el Gobierno de Volodímir Zelenski con respecto a Moscú.