El presidente de EE.UU., Joe Biden, daba este domingo su permiso a Ucraniapara utilizar los misiles ATACMS de Estados Unidos en la guerra que inició Rusia hace ya casi tres años. Así lo avanzaban los medios estadounidenses ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’, que citaban fuentes de la Administración.
El cambio de postura del demócrata llega después de que el Kremlin haya incorporado en la ofensiva a militares llegados desde Corea del Norte y tras un fuerte ataque contra el país que dirige Zelenski este fin de semana, con 120 misiles y 90 drones.
Con esta maniobra, Ucrania podrá alcanzar objetivos que se encuentren a un máximo de 300 kilómetros de distancia de Kursk, la región desde la que se ha autorizado el uso.
El ATACMS es un sistema de Misiles Tácticos del Ejército estadounidense. Está producido por la compañía Lockheed Martin, en cuya web se los define como un sistema de armas de artillería tierra-tierra. Así, estos misiles guiados de largo alcance son capaces de llegar a objetivos de una manera muy superior a como lo harían los cañones, los cohetes u otros misiles.
«Proporcionan a los comandantes la potencia de fuego inmediata para dar forma al campo de batalla», explican en la web de la empresa responsable de su fabricación. Entre las especificaciones de estos ATACMS, además de ese alcance de objetivos que se encuentran a 300 kilómetros de distancia, está la presencia de una ojiva de fragmentación explosiva de clase WDU18 de 500 libras y de un paquete de orientación mejorado con sistema de Posicionamiento Global y de navegación inercial. Ambos mejoran el rendimiento del misil, así como su eficacia, al garantizar una orientación de alta precisión.
Una velocidad de más de 3.000 km/h
Los ATACMS tienen que ser disparados desde un sistema HIMARS, lanzacohetes múltiple que va montado en un camión militar, o desde el lanzacohetes múltiple blindado y autopropulsado MLRS M270. Este último es capaz de transportar y de lanzar hasta dos misiles de este tipo al mismo tiempo, mientras que el HIMARS puede portar solo uno.
Estos misiles, que no son muy abundantes –de hecho se fabrican en torno a 500 por año, debido en entre otras cosas a la escasez de piezas–, se emplean para alcanzar objetivos que tienen un valor elevado, como son los centros de mando y de control del enemigo. Su velocidad, según el portal ‘Global Defence News’, alcanza un máximo aproximado de 3.700 kilómetros por hora, asimismo, su altitud es de en torno 50 a 60 kilómetros. Con ella, precisamente, se pueden evitar otros ataques de otros misiles.
Los MGM-140 ATACMS fue desarrollado a finales de la década de los 70 del siglo pasado por el Ejército de EE.UU., como respuesta a las crecientes necesidades que había en ese momento. La creación de ese misil se centró en la precisión, la reducción de daños colaterales y la movilidad.
A finales de la siguiente década se llevó a cabo su primera prueba de vuelo, que se cumplió con éxito. Posteriormente, continuó a pruebas hasta que finalmente comenzó sus servicios en 1991.
Una autorización rodeada de polémicas
El envío de estos misiles a Ucrania y su ahora autorización para utilizarlos ha sido un tema de debate dentro del Gobierno de Joe Biden. Si en un principio no estaba permitido su empleo para evitar una escalada en la guerra contra Rusia, finalmente el actual Ejecutivo estadounidense ha decidido dar el paso tras la llegada de tropas norcoreanas al frente del Kremlin.
Desde Rusia, precisamente, se está defendiendo que estos ATACMS solo pueden ser utilizados por países miembros de la OTAN. Sin embargo, el pasado mes de mayo, la Alianza Atlántica autorizó a Ucrania a defenderse con armas fabricadas en alguno de sus países miembros. «La autodefensa de Ucrania no es una escalada, sino un derecho consagrado en la Carta de las Naciones Unidas», proclamó su por entonces secretario general, consciente asimismo de que ese movimiento podía conllevar posicionamientos en contra.
«Estados Unidos echa más leña al fuego», ha advertido este lunes el portavoz del Gobierno de Putin, Dimitri Peskov, que ha añadido que esta autorización conduciría a «una situación fundamentalmente nueva en cuanto a la implicación de Estados Unidos en este conflicto».
«Parece que el Complejo Militar Industrial quiere asegurarse de que comience la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear la paz y salvar vidas. Tenemos que asegurar esos billones de dólares. ¡Al diablo con la vida! ¡Imbéciles!», ha lanzado en redes sociales Donald Trump Junior, el hijo del presidente electo de Estados Unidos.