EL HERALDO hace un análisis de los fallos que cometió la Selección Colombia en el duelo de ayer ante el combinado guaraní, en el estadio Metropolitano, por la jornada 17 de las eliminatorias al Mundial Rusia 2018.
La Selección Colombia jugó, quizá, el peor partido de la actual eliminatoria ante Paraguay. De principio a fin, todo se hizo mal… y en una competencia tan cerrada, como el clasificatorio sudamericano al Mundial de Rusia 2018, estos errores se pagan caros.
La Amarilla pasó de estar clasificado a la Copa del Mundo, con el gol de Falcao, a poner en riesgo su futuro con los tantos de Cardozo y Sanabria en los últimos cuatro minutos del compromiso.
¿En qué se falló? ¿Qué pasó? ¿En quién recae la culpa de esta dolorosa derrota? EL HERALDO presenta seis razones por las cuales la Selección Colombia se vio superada por una Paraguay que se llevó un ‘botín’ histórico de Barranquilla.
Solo Falcao García dio la cara. El ‘Tigre’ tuvo una clara y la metió, cumpliendo con la cuota que se le pide siempre a un goleador de su talla. De resto, todos quedaron debiendo, especialmente James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado. El aporte de ambos fue nulo. Ni fútbol, ni actitud, ni energía, nada. James, displicente y problemático; Cuadrado, impreciso. A ellos se les suma un errático Edwin Cardona, que vuelve a quedar en deuda con la Selección. El antioqueño, en el primer tiempo, luchó, peleó, intentó —algo que se le puede abonar— pero su aporte fue nulo. En la segunda parte simplemente desapareció.
Los jugadores de la Selección jugaron su peor partido en el momento menos indicado. La mayoría se dejó absorber por la presión de tener la clasificación tan cerca y nunca se metieron en el juego. Se vieron lentos, erráticos, sin ideas, imprecisos, desconocidos. Paraguay, con poco fútbol, pero con más ambición, los superó, haciéndolos ver mal ante su público. El arquero, su punto fuerte, falló; la defensa se vio insegura; lo recuperadores, totalmente perdidos y los creativos, sin pizca de ingenio, dejando a Falcao solo ante su suerte, peleando contra una muralla humana que implantó Paraguay en su zaga.
Pékerman falló en la conformación del equipo titular y en los movimientos que realizó en pleno partido. De entrada, le ratificó su confianza a un Cardona que venía de ser criticado por su participación en la última doble jornada eliminatoria, dejando en el banco a jugadores que conocen la plaza como Teo y Chará y enviando a la tribuna a una alternativa interesante como Luis Fernando Muriel. Luego, en el campo, los cambios fueros algunos errados y otros tardíos. Mantuvo a Cuadrado cuando peor lo hacía y lo sacó cuando comenzaba a reaccionar. Luego demoró en meter a Teo y Chará, cuando el partido lo requería.
El jugador más regular en toda la eliminatoria falló en el partido decisivo. Los tantos de Paraguay se producen luego dos rebotes mortales que da el arquero David Ospina. Sería injusto recriminarle algo a un jugador que ha sido determinante para Colombia en toda la eliminatoria, pero tampoco se puede tapar este tipo de fallos tan determinantes. Además, el arquero antioqueño se vio nervioso acelerado e impreciso, fallando mucho en los saques cortos y complicando a sus compañeros. Una noche para el olvido, que trajo consecuencias en el momento más decisivo de la eliminatoria al Mundial Rusia 2018.
Ni Carlos Sánchez ni Abel Aguilar brindaron la seguridad y el equilibrio que se requería en un partido de estas dimensiones. Nunca se conectaron, nunca le brindaron una salida limpia al equipo desde el fondo. Se vieron lentos, cansados, imprecisos, inseguros. Perdieron balones infantiles en el medio que provocaron contragolpes del rival o faltas innecesarias, que obligaban a los paraguayos a levantar el balón, una de sus principales armas. Fue, quizá, el partido más discreto de ambos, acostumbrados a realizar buenas actuaciones, especialmente en Barranquilla. La Selección sintió el discreto presente de ambos.
Cuando parecía que una mala noche se arreglaba con el gol salvador de Falcao, todo se vino al traste con los tantos de Óscar Cardozo y Antonio Sanabria. Colombia no supo darle manejo a los minutos finales y dejó que Paraguay la metiera en su campo. Se cometieron errores tácticos, grupales e individuales. El DT José Pékerman intentó cerrar el partido —que era lo lógico— con el ingreso de Wilmar Barrios, pero sacó a un recuperador, cuando la mejor opción era prescindir de un creativo y así fortalecer la zona medular. La presión consumió a una Colombia nerviosa, que vio como se le salió del bolsillo la clasificación que estaba obteniendo.
FUENTE EL HERALDO