El mal aliento, o halitosis, es una preocupación frecuente entre pacientes de odontología que buscan mejorar su estética dental a través de carillas o resinas compuestas. Sin embargo, la relación entre estos materiales y la halitosis no es tan directa como parece. Johanna Garavito, odontóloga con énfasis en estética dental, subraya que el origen del problema suele estar en la técnica y el cuidado.
«Es un mito que las resinas dentales por sí solas causen mal aliento», afirma la experta. Sin embargo, matiza que una colocación inadecuada sí puede contribuir a la acumulación de placa y bacterias, factores que terminan provocando malos olores.
«Si una persona no capacitada maneja los diseños de sonrisa o restauraciones sin el protocolo adecuado, podría haber filtraciones y problemas de adaptación», añade. La clave para evitar problemas está en una técnica de aplicación precisa y una adecuada higiene oral, ya que esto ayuda a mantener la superficie de la resina libre de bacterias y restos de alimentos.
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Las resinas compuestas, cuando se utilizan correctamente y siguiendo un protocolo adecuado de pulido, pueden ofrecer un acabado brillante prácticamente idéntico al esmalte dental. Este proceso depende en gran medida de la habilidad y experiencia del odontólogo, quien debe aplicar materiales de pulimento de alta calidad para lograr un resultado estético impecable.
Es importante destacar que, aunque se pueda pensar que las resinas tienen un acabado poroso, la realidad es que la textura final depende del tratamiento profesional que se les dé. Por ello, es esencial que los pacientes mantengan una limpieza dental adecuada y visiten a su odontólogo de confianza al menos cada cuatro meses.
Estas revisiones periódicas permiten detectar y prevenir la acumulación de placa bacteriana, que puede filtrarse alrededor de las resinas, ya sean carillas, resinas compuestas o incrustaciones, evitando así problemas como la fermentación bacteriana y el mal olor.
Además, detalla que una colocación con «bordes mal sellados o espacios» entre la resina y el diente es especialmente propensa a albergar bacterias, lo que intensifica el riesgo de halitosis.
El éxito en el uso de las resinas depende de la técnica del profesional y de un protocolo biomimético, que busca imitar las propiedades del esmalte natural. «En mis tratamientos, aplico un proceso cuidadoso que asegura una adaptación perfecta de las resinas al diente, minimizando los riesgos de mal aliento y garantizando una sonrisa natural y duradera», menciona la especialista.
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Para quienes tienen resinas o cualquier otro tipo de restauración dental, la higiene es fundamental. La experta sugiere mantener una rutina de cepillado dos veces al día, utilizar hilo dental, y optar por enjuagues antibacterianos. Recomienda también asistir al odontólogo al menos cada cuatro meses para hacer limpiezas y pulidos específicos que mantienen la resina en condiciones óptimas.
«Las visitas regulares al dentista son esenciales para evitar problemas de halitosis y mantener la resina sin acumulación de placa», destaca Johanna Garavito.
Las personas que no siguen estos cuidados suelen experimentar síntomas iniciales de mal aliento, como sabor desagradable en la boca, inflamación de las encías alrededor de la resina, e incluso un mal olor persistente. Estos indicadores tempranos pueden ser señales de que la resina no está correctamente sellada o que no se está siguiendo la rutina de higiene adecuada.
¿Influye el material de la resina?
A pesar de que otros materiales dentales, como la amalgama, tienen una superficie más lisa y tienden a acumular menos placa, las resinas compuestas ofrecen ventajas estéticas y funcionales únicas, por lo que la odontóloga las recomienda ampliamente. «Personalmente, sugiero la resina compuesta porque mejora tanto la estética como la funcionalidad». Añade que, con una buena colocación y mantenimiento, no hay motivo para que las resinas causen más mal aliento que cualquier otro material.
Además de la técnica de colocación y la higiene, el estilo de vida también influye. Las dietas ricas en azúcares y carbohidratos, el consumo de tabaco y la falta de hidratación son factores que afectan la salud bucal y pueden intensificar el mal aliento. Por ello, es importante que los pacientes con resinas adopten buenos hábitos y sigan las indicaciones de su dentista.
La odontóloga enfatiza la importancia de educar a los pacientes en el cuidado de las resinas y la salud bucal. «La educación sobre cómo cuidar las resinas y la salud bucal es crucial para prevenir problemas de halitosis y asegurar la longevidad de los tratamientos», concluye.
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