
Planeación Distrital dice que en 2018 se verán avances en la construcción del puente sobre la carrera 50, que comunica con La Loma.
El centro de Barranquilla es el sitio donde a diario confluyen unas 700 mil personas, provenientes de la zona urbana, los diferentes municipios del Atlántico y de otras ciudades del Caribe.
Este sector sigue con un dinamismo y vida propia, que a pesar de los problemas que pueda tener, nada parece detenerlos.
El centro es un sitio comercial de tradición de la ciudad. El Plan de Desarrollo de la administración del alcalde Alejandro Char, plantea la ejecución de varios proyectos para convertirlo en una zona residencial, coexistiendo con otros usos como el comercial. Según Margarita Zaher, secretaria de Planeación del Distrito, la recuperación del espacio público y el programa de peatonalización son acciones que ejecutan para que esto sea una realidad.
Las tareas pendientes
La reubicación de vendedores a edificaciones adquiridas por el Distrito, el plan para trasladar la Alcaldía a la Isla La Loma, el cambio de los moteles a otras zonas de la ciudad y la peatonalización hacen parte de las acciones del proceso de renovación, que si bien hay algunos avances todavía hay tareas pendientes.
Dina Luz Pardo, directora ejecutiva de Asocentro destaca que el centro sigue reactivándose económicamente, pues no solo están en la moda de los centros comerciales (hay 26), y muchos almacenes, sino que tienen buenos hoteles para que en precarnaval y Carnaval, y en cualquier temporada del año, se hospeden en esta zona a un mejor precio.
En la parte gastronómica, Pardo dice que los visitantes al centro pueden encontrar comida paisa, árabe, cubana, francesa, china, comida típica de la Costa y americana a “buenos precios”.
A la dirigente gremial le preocupa que a pesar de los controles que viene haciendo el Distrito para recuperar el espacio público, en el centro no solo están los vendedores estacionarios y semi estacionarios (carretillas que llegan y se van), los ambulantes que se mueven de un lado para el otro, sino que ahora hay una nueva forma de ocupación del espacio público (maneros y manteros) modalidad que se da mucho en ciudades como Bogotá y Ciudad de México.
“Esta situación se viene dando por los hermanos venezolanos, aquí nunca se había visto y ahora el tema está desbordado a nivel de maneros (vendedores de agua, refrescos en las calles), manteros (exponen sus productos en mantas tiradas en el piso) y muchas carretillas que se han tomado la vía pública”.
Henry Cáceres , secretario de Control Urbano, asegura que la continuidad del proyecto de reubicación y formalización de vendedores estacionarios en esta administración se enmarca en el contexto de la recuperación y renovación del centro histórico como polo de desarrollo de la ciudad, tendiente a mejorar el uso del espacio público, su accesibilidad y movilidad tanto peatonal como vehicular, con un ambiente y entorno más seguro.
ELHERALDO