
El sueño de enseñar al mundo, a través del arte, la historia del movimiento Lgbtiq+ (lesbianas, gais, bisexuales, travestis, intersexuales, queer y más), se le hizo realidad a Michael Andrés Forero.
Él es el co-fundador del Museo Q, un colectivo de cuatro profesionales bogotanos que llegaron a Medellín para participar en ‘El Museo Reimaginado’.
El certamen, que comenzó ayer e irá hasta mañana en el Parque Explora y el Jardín Botánico, convocó a más de 600 profesionales de las diferentes galerías y museos de América con el objetivo de compartir prácticas innovadoras y construir relaciones con las distintas comunidades.
La temática para este año gira en torno al papel de estas instituciones como transformadores sociales: sus nuevas formas de ser museo, la participación de los públicos, en especial el de las minorías, la capacidad de representar la diversidad, los retos de ser sostenibles y formar a nuevos públicos.
Forero aseguró que poco o nada se trata el tema de la homosexualidad en estos espacios de conservación, investigación y exhibición de colecciones de arte y científicas.
Agregó que con su iniciativa museológica, el grupo de amigos y él buscan reconocer un pasado que es desconocido por muchos en la sociedad. Sin embargo, reconoció que la tarea de explicar la diversidad sexual en un país tan hegemónico como Colombia, no ha sido nada fácil.
Las dos exposiciones que han realizado en Bogotá, tuvieron que ser autogestionadas por los mismos integrantes de la asociación. Un reto y una característica del museo, que aún no tiene una sede física definida en la capital del país.
A Medellín llegaron esperando que su propuesta, ‘Lo que se ve no se pregunta’, sea coronada por los tres jurados internacionales que tendrán que escoger mañana entre la más inédita de las últimas cinco ideas presentadas.
La obra del Museo Q planta un símil sobre lo que significa salir del clóset desde los diferentes aspectos: en la familia, en el trabajo y el colegio, de acuerdo con las personas de cada región, en este caso de Medellín..
Ganar la ‘corona’ le permitiría al colectivo formalizar alianzas, buscar contactos y transportar la idea de la exposición a la ciudad.
Camilo Londoño, docente universitario y experto en arte, se refirió a la propuesta de Museo Q y consideró que, aunque cada idea de expresión siempre será válida, “se tiene que ser muy cuidadoso con el uso de adjetivos”.
Con lo anterior, Londoño, cree que hay que buscar la manera de que el discurso que el colectivo promueve no caiga en ejercicios de mercadeo.
ELTIEMPO