Posiciones encontradas ha generado la propuesta del alcalde de Soledad (Atlántico) Joao Herrera, que pretende que en el 2018 los estudiantes de los colegios oficiales del municipio entren al colegio a las 9 a.m. y no regresen a la casa con tareas.
El mandatario indicó que “la medida busca estructurar un calendario escolar que se adecue a nuestra realidad geográfica y climática. Queremos que el niño sea el epicentro de lo que debe ser la enseñanza y no el docente”.
Enfatizó que el sueño es el alimento del cerebro y que con las medidas anunciadas, se busca evitar que la educación se convierta en un martirio para el niño.
“Es una crueldad levantar a un niño, bañarlo a las 4 de la mañana y llevarlo a clase contra su voluntad y que si llega tarde, un profesor lo espere para regañarlo. Nuestra prioridad siempre va a ser el niño porque está en la etapa inicial de la vida y ese es el buen soledeño que queremos formar”, dijo.
Es una crueldad levantar a un niño, bañarlo a las 4 de la mañana y llevarlo a clase contra su voluntad y que si llega tarde, un profesor lo espere para regañarlo.
Con respecto a la prohibición de asignar tareas a los estudiantes para realizarlas en casa, el alcalde anotó que esto se convierte en una responsabilidad que hoy asumen los padres y no los niños. Estas actividades deben realizarse en el aula, en el horario de clases y con el acompañamiento del docente.
A través de varias emisoras de la ciudad muchos padres de familia y docentes se pronunciaron desde tempranas horas de este miércoles, asegurando que el mandatario no puede trastocar los horarios de la jornada académica sin consultarlo, como quiera que esto impactaría en muchos hogares donde las familias no tienen con quien dejar a los niños después de 8 a.m., hora en que ellos entran a laborar.
Algunos coincidieron en que las tareas para la casa le enseñan a los pequeños a ser responsables y ocupar el tiempo libre en temas productivos.
El presidente de la Asociación de Educadores del Atlántico (Adea), dijo que en estos momentos el municipio y el Ministerio de Educación hacen una mala interpretación del proceso de aprendizaje y enseñanza en los colegios oficiales.
ELTIEMPO