El Gobierno de Irán ha anunciado este viernes la activación «un número sustancial» de nuevas centrifugadoras avanzadas en respuesta a la resolución de condena aprobada el jueves por la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que Teherán ha tildado de «politizada» y «destructiva».
«El presidente de la Organización para la Energía Atómica de Irán (OEAI) ha emitido órdenes para iniciar operaciones en un número sustancial de centrifugadoras avanzadas de varios modelos», ha dicho el Ministerio de Exteriores iraní a través de un comunicado, en el que defiende que «las medidas buscan desarrollar el programa nuclear pacífico para abordar las crecientes necesidades nacionales».
Así, ha recalcado que el anuncio «se enmarca en los derechos y obligaciones de Irán bajo el Acuerdo Exhaustivo de Salvaguardas» y ha reiterado su «cooperación» con el OIEA en lo relativo a aspectos técnicos y relacionados con la salvaguardas, que «seguirán tal y como hasta ahora».
«Irán reitera su disposición a interactuar de forma constructiva con todos los actores relevantes a partir de los principios y normales legales internacionales», ha sostenido, al tiempo que ha reseñado que la resolución aprobada el jueves «no fue de consenso» y fue adoptada «bajo la presión insistencia de tres países europeos y Estados Unidos».
De esta forma, ha hecho referencia al conocido como E3 -Francia, Reino Unidos y Alemania-, antes de subrayar que el borrador de resolución fue presentada a pesar de la visita a Teherán realizada la semana pasada por el director general del OIEA, Rafael Grossi, que las autoridades iraníes describieron como «constructiva».
«Durante su visita, el director general mantuvo reuniones de alto nivel con altos cargos de Irán e inspeccionó las instalaciones de enriquecimiento Alí Mohamadi y Ahmadi Roshan. Estas discusiones sentaron firmes pilares para futuras interacciones constructivas entre Irán y el OIEA», ha explicado.
Sin embargo, ha criticado que las acciones del E3 y Estados Unidos, «países con un historial documentado de renegar de sus compromisos, incluido el Plan de Acción Integral Conjunto -nombre oficial del acuerdo nuclear de 2015-, y de recurrir a sanciones ilegales y presiones contra Irán», son «beligerantes» e «injustificables».
«En lugar de fomentar la atmósfera constructiva establecida durante la visita del director general (del OIEA), propusieron de forma prematura una resolución con motivaciones políticas contra Irán, ignorando la prometedora trayectoria de la cooperación entre Irán y el OIEA», ha lamentado.
Además, ha argumentado que el hecho de que la resolución «no lograra el apoyo de la mitad de los miembros de la Junta de Gobernadores» refleja «el desacuerdo de muchos países con la agenda política y de división fomentada por los que la propusieron», antes de agregar que el texto «contradice el compromiso declarado por los tres países europeos y Estados Unidos para preservar la integridad e imparcialidad del OIEA».
«Demuestra claramente el uso del asunto nuclear como un pretexto para avanzar objetivos ilegítimos», ha apuntado Irán, que ha reiterado que «las medidas beligerantes y el mal uso de la Junta de Gobernadores del OIEA para buscar objetivos políticos e ilegítimos tendría una respuesta recíproca», ha zanjado.
La resolución fue aprobada con 19 votos a favor, doce abstenciones y tres votos en contra -Rusia, China y Burkina Faso-. El texto exige a Irán que dé explicaciones sobre sus actividades nucleares y solicita a Grossi, un «exhaustivo» informe, en medio de las presiones a la república islámica para que coopere con la agencia tras abandonar parte de sus compromisos con el acuerdo de 2015 después de que 2018 se saliera del mismo de forma unilateral en 2018.
Así, la resolución pide al OIEA que emita «una evaluación exhaustiva y actualizada sobre la posible presencia o utilización de material nuclear no declarado en relación con las cuestiones pendientes pasadas y presentes en relación con el programa nuclear de Irán, incluida una descripción completa de la cooperación de Irán con el OIEA en estas cuestiones», ante la reiterada falta de respuestas por parte de Teherán sobre algunos puntos.
La votación tuvo lugar días después de que el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, describiera como «fructífera» la visita de Grossi y mostrara la disposición de Teherán a abordar su programa nuclear a través de unas conversaciones «sin presiones destructivas» por parte de otros países, en aparente referencia a Estados Unidos.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, recalcó la semana pasada que Teherán «no ha intentado ni intentará» desarrollar armamento nuclear y se mostró abierto a relanzar las discusiones con el OIEA para «aclarar» las «ambigüedades» en torno a su programa nuclear, antes de recordar que «fue Estados Unidos el que se retiró unilateralmente» del histórico acuerdo de 2015, tras lo que Washington impuso una batería de sanciones contra el país.