La comisión de legisladores que intenta salvar en Francia la reforma migratoria impulsada por el Gobierno ha cerrado este martes un borrador que convence no sólo a Los Republicanos, representantes de la derecha tradicional, sino también a los ultraderechistas de la Agrupación Nacional, que ya han anunciado que votarán a favor del nuevo texto.
Una semana después de que el Ejecutivo sufriese una sonada derrota en la Asamblea Nacional, los 14 legisladores –siete diputados y siete senadores– que negociaron desde el lunes un nuevo proyecto han consensuado una serie de cambios que ahora deben ser sometidos de nuevo a votación en las dos cámaras del Parlamento galo.
La primera ministra, Elisabeth Borne, ha insistido en que se trata de una reforma «necesaria» y el responsable del Interior, Gérald Darmanin, cree que, aunque «no es el texto perfecto», sí supone un paso adelante «para proteger a los franceses», por lo que espera poder cubrir sin contratiempos los trámites en ciernes, según Franciainfo.
El Senado y la Asamblea Nacional (AN), las dos cámaras del Parlamento francés, deben aprobar ahora el compromiso de la comisión, para terminar aprobando el proyecto de Ley que lleva varios años empantanado y que culmina con un giro a la derecha de Macron en materia de inmigración.
El proyecto de Ley que debe aprobar el Parlamento comporta estos puntos esenciales: instaurar un debate anual sobre la inmigración; retirada del permiso de residencia a los inmigrantes «que no respeten los principios de la República»; concesión de permisos de residencia para trabajar en sectores necesitados; endurecer de manera importante la concesión de permisos de residencia; recorte sustancial de las ayudas familiares, que solo podrán recibirse tras largos periodos de «prueba»; supresión total o parcial de las ayudas médicas del Estado; acreditar que se está trabajando; ayudas sociales que solo se podrán recibir tras cinco años de residencia; dificultad para conseguir la nacionalidad, en condiciones mucho más restrictivas; reagrupamiento familiar mucho más difícil y problemático; expulsión inmediata de personas condenadas por delitos diversos.
Extrema derecha y derecha han anunciado que votarán a favor. Las izquierdas, en contra. Las familias próximas a Macron están divididas.