El Tribunal Constitucional de Rumanía ha ordenado el recuento de los 9,4 millones de votos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado domingo en las que se impuso contra pronóstico el candidato independiente de extrema derecha y considerado prorruso Calin Georgescu.
El Constitucional recibió el miércoles dos solicitudes para cancelar la primera vuelta de las elecciones que fueron presentadas por los candidatos Sebastian Constantin Popescu, del Partido Nueva Rumanía; y Cristian Terhes, del Partido Conservador Nacional Rumano, quienes obtuvieron unos porcentajes de voto marginales, el 0,15 y el 1,03 por ciento, respectivamente.
La respuesta a este recurso se conocerá previsiblemente en la tarde de este viernes, si bien no se ha descartado que tenga que aplazarse hasta el sábado, en vísperas de las elecciones parlamentarias del 1 de diciembre. Justo una semana después está prevista la segunda vuelta de las presidenciales.
Calin Georgescu, flamante vencedor de esa primera vuelta con el 23% de los votos, ha preferido permanecer callado tras conocerse la noticia. «Es una decisión de esta institución, que no comentamos al respecto», ha zanjado su equipo de comunicación, según recoge la prensa rumana.
Si bien el recurso presentado por Popescu por supuestas irregularidades en la financiación de la campaña de Georgescu fue rechazado por el tribunal, no así el presentado por Terhes, quien ha alegado irregularidades en el conteo de los votos de la segunda vencedora de la noche electoral, Elena Lasconi.
La candidata de la conservadora Unión para Salvar Rumanía (USR), Elena Lasoni, ganó por un estrecho margen, por apenas unos 2.000 votos, al primer ministro, Marcel Ciolacu, que tras el varapalo electoral presentó pocas horas después su renuncia como líder de los socialdemócratas rumanos.
El líder del USR en la Cámara de Diputados, Liviu-Ionut Mosteanu, ha puesto en duda la decisión del Constitucional y ha asegurado que «algunas personas quieren conservar el poder a cualquier precio».
«El lunes todos los dirigentes políticos parecían haber aceptado los resultados, incluso algunos no estaban contentos consigo mismos», ha dicho, en alusión al primer ministro Ciolacu, quien este jueves ha salido para recordar que se presentó ante la ciudadanía para reconocer los resultados y felicitar a los vencedores.
Mosteanu ha afirmado que «lo que está haciendo en estos momentos el Constitucional es jugar con fuego en una gasolinera» y ha alertado de los «riesgos» que esto supone para la democracia, pidiendo al resto de partidos que rechacen la orden de la corte para poder empezar cuanto antes la campaña para la segunda vuelta.
«Cualquier día perdido es un día que pierden los proeuropeos, no creo que se quiera dar ventaja al candidato extremista», ha dicho, aludiendo a Georgescu.
Dudas en la financiación de la campaña de Georgescu
El candidato Sebastian Constantin Popescu presentó el miércoles un escrito en el que cuestionaba la financiación de la campaña de Georgescu, quien había presentado un informe con cero gastos ya que se había servido de las redes sociales, en especial de Tik Tok, para hacer llegar su mensaje, acusándole al mismo tiempo de haber recibido fondos desde el extranjero.
«Se promocionó como el candidato justo y honesto para que los rumanos votaran por él, mientras violó la ley electoral al financiar ilegalmente toda su campaña», señala el escrito, en el que se incide en que «Georgescu utilizó un estilo aparentemente amateur’ para crear la ilusión de un natural apoyo popular».
«Este método representa una forma de manipulación, que crea la impresión de que tiene un gran apoyo popular entre los rumanos, lo que afecta a la percepción pública y contraviene el principio de transparencia», ha denunciado.
Las dudas sobre la financiación de la campaña de Georgescu también están sobre la mesa de la Fiscalía, después de que la Autoridad Electoral recibiera varias propuestas para investigar cómo hizo el candidato para ser el más votado y alegar no haber destinado dinero alguno.