Tras lo que han calificado como el ‘Pearl Harbour’ de Israel, el shock se ha instalado en la población. Se suceden las noticias de cómo los terroristas de Hamás han asesinado o se han llevado a civiles y militares secuestrados a Gaza, ocultándose en la zona. Esto es posible porque hay toda una ‘ciudad’ subterránea’ en el subsuelo en forma de túneles camuflados. De hecho, se han referido a ellos como el ‘Metro de Gaza’. El FDI (fuerzas de defensa israelíes) ha afirmado que esta red subterránea ha permitido a los terroristas sus incursiones en territorio israelí. Y Abu Obeida, portavoz de Hamás, ha afirmado por Telegram que efectivamente han escondido a docenas de rehenes en estos túneles.
Es la historia del ratón y el gato: mientras estas construcciones subterráneas han sido localizadas y destruidas por el Ejército de Israel a lo largo de los años, otras nuevas se han ido excavando en su lugar. Generando un complejo laberinto de entradas y salidas. Hamás los usa como búnkeres, centros de mando y «como arterias de transporte para armas, incluidos lanzacohetes», tal como detallan desde el FDI.
Y esta táctica ya viene de lejos, y acabar con ellos es algo que se fijaron por ejemplo las fuerzas israelíes, un año a destacar fue 2014. Por entonces, Israel llegó a «neutralizar» 32 túneles, catorce de los cuales cruzaban la frontera. El Gobierno llegó a referirse a estas infraestructuras transfronterizas como ‘túneles del terror’, porque son puntos perfectos para desplegar ataques masivos planeados. En uno de ellos encontraron «un equipo de secuestro con tranquilizantes y esposas de plástico», según The New York Times.
Este es un mapa del FDI que documenta los túneles encontrados por las Fuerzas de Defensa de Israel durante la ‘Operación Margen Protector’, en 2014. Activada tras numerosos ataques con cohetes sobre Israel. Verlo da una idea de la extensión de este tipo de tácticas y cómo han ido encontrando otros a lo largo de los siguientes años.
Han sido y son utilizados para producir y almacenar armas y llevar a cabo operaciones de contraofensiva y emboscadas. Parece que los túneles aún no descubiertos están sirviendo a Hamás como lugar de ocultación de los rehenes.
Últimos túneles destruidos
Desde julio de 2017 se han localizado 33 túneles y destruido la mitad de ellos.
Las bocas de los túneles suelen estar dentro de edificaciones para evitar su localización aérea
Alcanzan profundidades
entre 10 y 20m
Tienen infraestructura eléctrica y de ventilación
El más largo tenía unos 8 kilómetros de longitud
La anchura
ronda 1,8 m y la altura unos 1,7m
El coste de un túnel puede llegar a los 3 millones de dólares
Fuente: Noticias de Israel / ABC
Han sido y son utilizados para producir y almacenar armas y llevar a cabo operaciones de contraofensiva y emboscadas. Parece que los túneles aún no descubiertos están sirviendo a Hamás como lugar de ocultación de los rehenes.
Últimos túneles destruidos
Desde julio de 2017 se han localizado 33 túneles y destruido la mitad de ellos.
Las bocas de los túneles suelen estar dentro de edificaciones para evitar su localización aérea
Alcanzan profundidades
entre 10 y 20m
El más largo tenía unos 8 kilómetros de longitud
La anchura
ronda 1,8 m y la altura unos 1,7m
Tienen infraestructura eléctrica y de ventilación
El coste de un túnel puede llegar a los 3 millones de dólares
Fuente: Noticias de Israel / ABC
Eado Hecht, analista de defensa especializado en teoría e historia militar, llegó a comparar estos complejos subterráneos con el concepto de los túneles del Vietcong, excavados bajo las selvas de Vietnam del Sur. Aunque la calidad del acabado resultase ser mejor. Varios de ellos cuentan «con paredes y techos de cemento, electricidad y otras comodidades necesarias para una estadía prolongada».
El precio de estos túneles
El FDI ha estimado que Hamás habría gastado unos 90 millones de dólares, y usó 600.000 toneladas de hormigón para construir 36 túneles, según publicó ‘The Wall Street Journal’. Y calculó que algunos pueden haber salido hasta unos 3 millones de dólares. Para levantarlos, afirman que Hamás no solo usan a sus propios hombres, también explotan a la población palestina de Gaza.
Se cavan túneles de 18 a 20 metros a un ritmo de unos 5 metros por día, según ‘The Times of Israel’. Y un informe de una fuente anónima de la que se hacía eco esta publicación -aclarando que sus datos quedaron sin confirmar al cien por cien- afirmaba que los trabajadores dedicaban entre 8 y 12 horas al día a construir este tipo de estructuras, cavando a un ritmo de 4 a 5 metros. Recibiendo un salario mensual de entre 150 y 300 dólares. Para algunos era una forma de solucionar el problema de desempleo que en Gaza llega al 50%.
Escudos humanos
Los funcionarios del FDI han explicado que la doctrina de batalla de Hamás exige la instalación de túneles debajo y cerca de lugares civiles sensibles como escuelas u hospitales. Por tanto, Hamás se escuda usando a la población civil y a los secuestrados, es su ‘modus operandi’.
El FDI ilustraba el procedimiento describiendo como Hamás puede instalar lanzacohetes junto a una mezquita. Y al ser activado, un lanzador de múltiples cañones se elevará del suelo, disparará sus proyectiles contra distintas zonas de Israel y volverá a sumergirse bajo tierra.
Y acotaban que si a Hamás realmente le interesara el bienestar del pueblo palestino podría haber invertido ingentes esfuerzos y recursos en permitir que los civiles se recuperaran, en lugar de construir una ciudad terrorista bajo tierra. Esto lo dicen porque la cantidad de cemento que ha entrado en la Franja en los últimos 15 años para construcciones civiles podría «construir una cuarta parte de Manhattan», pero en cambio se destinó a «cientos de kilómetros de túneles», apuntaron desde el FDI.
Un ciclo sin término
También se usó este método en la «Operación Guardián de los Muros» que se activó en mayo de 2021, cuando Hamás disparó más de 4.000 proyectiles contra pueblos israelíes en un conflicto que llegaría a durar 11 días.
Y el aviso a navegantes del FDI, en 2022, era que volverían a atacar vecindarios desde esos lugares. Entre otras cosas porque pese a su activa campaña para destruir estas infraestructuras llegaron a localizar tres áreas previamente desconocidas de túneles de Hamás; una estaba de la Universidad Islámica de Gaza, donde se encontró una abertura a una red de túneles terroristas, entre los que estaba un túnel adyacente a un Centro de Ayuda de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina . Y el tercero estaba adyacente a una fábrica embotelladora de Pepsi, próxima a una clínica médica y un centro de ambulancias.
En suma, descubrieron unos 100 kilómetros de túneles subterráneos. Lo que puede dar una idea de la práctica y agilidad que ya tienen. La capacidad de los israelíes para hallar estos lugares es más complicada que la que tiene Hamás para levantarlas.
Estos túneles se hicieron notorios con la llegada al poder de Hamás en 2007 y el bloqueo impuesto desde Israel. Los palestinos empezaron a construir túneles cerca de la frontera con Egipto para recibir armas y mercancías de todo tipo. Pero tras el cierre de estos por parte de Egipto, siguieron levantándose activamente con dirección hacia Israel hasta el día de hoy.
Golpe mortal
Para el FDI dar a conocer al público estos túneles es desde el principio una forma de mostrar las permanentes amenazas a las que se enfrentan a diario en Israel. En ese sentido, antes de los ataques perpretados estos días explicaban en las publicaciones que hace el FDI como los residentes del sur del país viven en un constante temor pensando que en cualquier momento un terrorista podría salir de un túnel cerca de su casa y asesinar a sus vecinos o sus hijos.
‘The Washington Post’ tuvo acceso a documentos de terroristas palestinos. En ellos afirmaban que con estos túneles se consigue sorprender al enemigo y asestarle un golpe mortal que no permite ninguna posibilidad de supervivencia o escape, a la vez que impide la posibilidad de enfrentarse o defenderse.
Y otro problema que se suma es que este tipo de túneles pueden colapsar en cualquier momento, amenazando la vida de las personas retenidas en ellos y a los residentes de la zona. Un caso se dio cuando la Yihad Islámica Palestina, que es la segunda facción terrorista más grande de Gaza, tenía toda una infraestructura de túneles dentro de comunidades, y en enero de 2021 una explosión arrasó con todo un mercado en la Franja de Gaza. La razón fue una detonación accidental de un almacén de armas escondido en uno de estos túneles.
De hecho, las autoridades de Israel llegaron a localizar las fábricas que se encargaban de crear los arcos de soporte para fortificar los túneles que utilizaba Hamás.
La evaluación de los expertos del FDI frente a este tipo de tácticas, y que hoy a la luz de todo lo ocurrido puede revelarse como un presagio acertado, fue decir: «Van tras nuestras ciudades, no solo contra objetivos militares». Lo cierto es que «están apuntando al centro de Sderot, Ashkelon, Netivot y Kiryat Gat». Tres puntos que estos días han sido objeto de ataques.
Y matizaban ya en 2022 «que en cualquier guerra futura, Hamás intentaría influir en la narrativa de la comunidad internacional con tales tácticas, mientras que Israel querría infiltrarse utilizando drones… e incursiones terrestres» afirmaban.
«Un escorpión que debe picar»
En 2022, los combatientes de las brigadas Al Quds, un brazo armado de la Yihad Islámica, mostraron a periodistas de la AFP uno de estos túneles. Y una fuente que AFP mantuvo anónima aseguraba disponer de numerosos túneles que se adentran profundamente en zona israelí y que están conectados a un sistema de drones y de potentes misiles listos para ser lanzados a todo el territorio. Y también destacaban ante los reporteros el apoyo limitado que han recibido desde Irán para hacerlos.
Esto muestra que son una verdadera arma estratégica para la resistencia capaz de hacer frente a toda la tecnología punta de su vecino. Ante este panorama la FDI enumeraba cinco problemas principales que enfrenta Gaza: la gobernanza de un régimen ilegal, los cohetes terroristas, la disputa entre Hamás y Fatah, una mala situación humanitaria y el fortalecimiento militar de Hamás.
«Incluso si emprendemos una campaña en Gaza, el potencial de lograr avances en la seguridad nacional de Israel es muy pequeño» debido a esas cuestiones, declaraban al ‘Jewish News Syndicate’. Y uno de los funcionarios del FDI matizaba: «Yo compararía a Hamás con un escorpión que debe picar. No conoce otras opciones».