Por el delito de contaminación ambiental agravada con daño a los recursos naturales, el Juzgado 14 Penal Municipal les imputó cargos a Richard Hugo Striedinger Lozano y a Luis Reales Oquendo, presuntos responsables del vertimiento de hidrocarburos en el río Magdalena que ocurrió el pasado 3 de agosto.
Durante la audiencia preliminar de imputación de cargos, que se realizó el pasado 31 de octubre, el fiscal Willian Orlando Jaiquel presentó la recopilación de las pruebas, producto de la investigación que llevó a cabo la sección investigativa de delitos contra los recursos Naturales y de Medio Ambiente del CTI de la Fiscalía.
En la diligencia judicial, presidida por la juez de control de garantías, Diana López García, la Fiscalía les formuló imputación de cargos a Striedinger Lozano y a Reales Oquendo por los delitos de contaminación ambiental agravado en concurso heterogéneo con daño a los recursos naturales agravados, basados en lo estipulado en los artículos 331 y 332 del Código Penal Colombiano.
Richard Striedinger, propietario del terreno donde presuntamente se originó el derrame, y Luis Reales, administrador del negocio que allí funciona, no aceptaron los cargos que les imputó la Fiscalía durante la audiencia.
La investigación
La Fiscalía anunció que continuará con el proceso de investigación en contra de los presuntos responsables por el derrame de sustancias aceitosas en el río Magdalena, debido a que encontró hechos “jurídicamente relevantes” respaldados por “suficientes” elementos materiales probatorios y evidencias físicas como los informes de los investigadores de campo del CTI, las inspecciones judiciales y los conceptos técnicos y científicos del grupo de profesionales a cargo de los operativos de inspección.
El fiscal Jaiquel detalló que debido a esa investigación se logró determinar que el punto donde se estaba originando el vertimiento estaba ubicado en el establecimiento El Tierrero, ubicado entre las carreras 8 y 9 y las calles 5 y 11 del barrio Pasadena, lugar dedicado al estacionamiento y lavado de vehículos de carga pesada y cuyo propietario es Hugo Striendinger.
El funcionario precisó que en el informe técnico se identificaron tres manjoles, en los cuales dos de ellos se estaban vertiendo aceite quemado y sustancias grasosas provenientes del predio en mención.
“Se evidenciaron sustancias oleosas como benceno, tolueno y metilbenceno, que son hidrocarburos a los cuales se les hicieron pruebas químicas, con el fin de comparar con las que fueron halladas dentro del predio El Tierrero, más exactamente en las trampas de aceite”, explicó el fiscal.
El delegado del ente acusador afirmó, además, que se trataban de las mismas sustancias que se vertían en los manjoles cercanos, los cuales desembocan directamente al río Magdalena, en inmediaciones del puente Pumarejo.
En dichos manjoles —sostuvo el fiscal— se encontraron concentraciones de entre 1.400 y 2.000 miligramos por litro, para grasas y aceites, y de 1.260 y 1.400 miligramos por litro para hidrocarburos totales. La norma establece que por litro no debe haber más de 15 miligramos de estas sustancia.
“Se corroboró adicionando un trazador de color rojo en las instalaciones del predio, el cual evidenció su salida en el manjol que inspeccionaron los profesionales. Es algo estrambótico ya que estamos hablando de una contaminación grave que fue a parar al cuerpo de agua más importante del país”, manifestó.
Sin licencia
El fiscal Willian Orlando Jaiquel afirmó que durante la pasada audiencia de interrogatorio, Luis Reales manifestó que en el establecimiento que él administra sí se realizaba el lavado de tanques y tractomulas con aceite vegetal e hidrocarburos.
Dichas actividades eran realizadas —según lo expuesto por Reales— sin ningún tipo de permiso ambiental, aunque en ocasiones las autoridades le habían advertido que era necesario contar con los permisos para la “peligrosa” actividad contaminante que llevaban a cabo.
El representante del ente investigador sostuvo que el imputado Reales también afirmó, durante el interrogatorio, que su jefe, Richard Striedinger, conocía sobre el vertimiento de hidrocarburos a los manjoles y que nunca se preocupó por mejorar el sistema de desechos y que tampoco dio instrucciones de cómo realizar los lavados y vertimientos.
Los hechos
En horas de la mañana del 3 de agosto, una emergencia se presentó por la presencia de una gran mancha negra de hidrocarburos que apareció en el río Magdalena, a la altura de la construcción del nuevo puente Pumarejo.
La sustancia, compuesta de aceite y grasa, fue arrastrada por la corriente por más de un kilómetro hasta llegar a los diferentes muelles portuarios del sector.
Una vez conocida la emergencia, la Corporación Regional Autónoma (CRA) desplazó un equipo técnico para verificar la situación e iniciar las acciones de contingencia de acuerdo al protocolo establecido.
En dicha verificación también participó personal de la Policía Nacional, CTI de la Fiscalía, funcionarios de Barranquilla Verde y de la empresa Triple A, la cual tuvo que suspender la prestación de su servicio, ya que la mancha de hidrocarburos se encontraba a pocos metros de uno de sus puntos de captación.
Tras varios días de investigación y operativos en las estaciones de servicios, lavaderos de vehículos de carga pesada y parqueaderos en el barrio Pasadena, las autoridades informaron que el derrame se produjo como consecuencia del “mal manejo” de vertimientos de aceite en un lavadero de tractomulas ubicado en inmediaciones de la construcción del nuevo puente.
La sanción: De 55 a 112 meses de cárcel
El Código Penal colombiano establece en su artículo 332, que la persona que provoque, contamine o realice directa o indirectamente emisiones, vertidos, radiaciones, ruidos o depósitos a las aguas terrestres, marítimas o subterráneas, incurrirá en sanciones que van desde los 55 hasta los 112 meses de prisión y a una multa que va desde 140 a 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Siguen operando, pese a suspensión ordenada por autoridades
A pesar de que las autoridades ordenaron la suspensión de actividades del establecimiento El Tierrero, lugar donde la Fiscalía afirma que se realizó el derrame de hidrocarburos al río Magdalena, EL HERALDO constató durante una visita al predio que el parqueadero de vehículos de carga pesada aún sigue funcionando con normalidad.
La directora de Barranquilla Verde, Sara Rodríguez, afirmó que sobre el establecimiento reposa una suspensión de la actividad. “Hemos realizado tres seguimientos en el lugar y hemos encontrado que no está funcionando. Tenemos en alerta a las autoridades policiales del sector para que reportaran en caso de haber actividad comercial”, afirmó la funcionaria.
De igual forma Rodríguez sostuvo que hace dos semanas la empresa Triple A emitió una alerta sobre un presunto nuevo vertimiento mínimo de sustancias aceitosas al río Magdalena, pero al enviar un equipo técnico al lugar no encontró ninguna sustancia.