De tal palo, tal astilla. El presidente de Filipinas, Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr., y su vicepresidenta, Sara Duterte, ganaron juntos por amplia mayoría las elecciones de 2022, pero su alianza está hoy que pega tiros. Literalmente. La hija del expresidente Rodrigo Duterte, quien hizo de la guerra sucia contra la droga su principal política de Estado, amenazó este sábado con liquidar al hijo del sanguinario dictador Ferdinand Marcos, quien eliminó por la fuerza a buena parte de sus rivales durante dos décadas hasta que fue derrocado en 1986.
«Ya he hablado con una persona y le he dicho: Si me asesinan, mata a Bongbong Marcos, a su esposa Liza Araneta y a Martin Romuáldez (su primo y portavoz del Congreso). No es una broma, ya he dado instrucciones», aseguró Sara Duterte en una rueda de prensa virtual. Tan temperamental como su padre, famoso por sus exabruptos e insultos, parece que se le calentó demasiado la boca por un problema judicial. El motivo es que su jefa de gabinete, Zuleika López, iba a ser trasladada a una cárcel de mujeres tras ser detenida en el Congreso por desacato en una investigación sobre los fondos gastados por la Oficina de la Vicepresidencia y el Departamento de Educación, que había dirigido Duterte.
Esta grave amenaza es el último capítulo del culebrón ‘pinoy’ que enfrenta al presidente de Filipinas, ‘Bongbong’ Marcos, y a su vicepresidenta, Sara Duterte. Aprovechando el tirón de sus respectivos padres, ambos concurrieron juntos bajo la coalición UniTeam a las elecciones celebradas en mayo de 2022 y, el último día de campaña, hicieron piña sonrientes ante una multitud de enfervorecidos seguidores en un enorme y polvoriento descampado en Parañaque, cerca del aeropuerto de Manila y a espaldas del casino Solaire.
Ambos prometían la unión entre el «águila» Duterte, procedente de la sureña isla musulmana de Mindanao, y el «tigre» Marcos del ‘Sólido Norte’ para acabar con la división social que sufría Filipinas. Pero su alianza se agrietó pronto, en cuanto ‘Bongbong’ dio un giro a la política exterior de Rodrigo Duterte y se alejó de China para acercarse a Estados Unidos, y se empezaron a cuestionar las ejecuciones extrajudiciales de su guerra sucia contra la droga, que dejó desde 2016 hasta 2022 entre 12.000 y 30.000 muertos.
En junio, Sara Duterte renunció a su puesto en el gobierno de Marcos Jr., pero continúa siendo vicepresidenta sin apenas representación oficial y con muchos menos fondos públicos, ya que el portavoz del Congreso y primo del presidente, Martin Romuáldez, le ha cortado el presupuesto en casi dos tercios. En medio de toda esta polémica que ha sacudido a Filipinas, la Policía ya investiga a Sara Duterte por las amenazas de muerte contra Ferdinand Marcos Jr. porque, ya se sabe, que de tal palo, tal astilla.