El pasado 7 de marzo, Suecia dio un giro a la neutralidad de la que ha presumido los últimos 200 años. Se convirtió en el 32º miembro de la Alianza Atlántica . Sobre la entrada a la organización, lo que ha significado para el país nórdico y las amenazas y desafíos a los que se enfrenta Suecia, hablamos con el recién nombrado embajador sueco en España, Per-Arne Hjelmborn, que la semana pasada entregó sus credenciales al Rey Felipe VI.-Esta es su segunda estancia en España (la primera la hizo entre 1999 y 2002). ¿Cómo ha sido el regreso a Madrid?-Llegué por primera vez a España hace 25 años como primer secretario de la Embajada. Me encanta el país: la cultura, el deporte… Aunque muchas cosas son similares, España y Madrid han evolucionado muchísimo. Hace 25 años había un gobierno conservador y en Suecia, socialdemócrata. Ahora es al contrario, pero la cooperación sigue siendo la misma, incluso más. Dentro de la política de la Unión Europea, estamos trabajando para encontrar una estabilidad. Con España, por ejemplo, durante mi etapa como director de política comercial, trabajamos mucho en las negociaciones con Mercosur. Tenemos mucho en común.Noticia Relacionada estandar Si La OTAN responde a la amenaza de Rusia con un nuevo cuartel general en el Báltico Rosalía Sánchez Está dirigido por un almirante alemán y asistido por un almirante polaco como adjunto. Su objetivo es proporcionar a la Alianza un informe constante sobre la situación marítima actual en la región-El 7 de marzo se oficializó la entrada de Suecia como el 32º miembro de la OTAN, rompiendo así más de dos siglos de neutralidad. ¿Cómo fue recibido por la población?-Aunque nuestra entrada oficial en la Alianza se ha producido este año, llevamos décadas trabajando con la OTAN. Hemos defendido siempre nuestra tradición política y nuestro pensamiento, que compartimos con Finlandia [que también entró a formar parte de la Alianza Atlántica este año]. Pero la guerra de Ucrania, aunque primero fue la de Crimea en 2014, siendo ilegal y una entrada de las tropas rusas brutal, cambió la opinión de los suecos muy rápido. Ha sido un apoyo casi total de la población. En Finlandia fue algo más del 90% y en mi país estamos cerca.-¿Qué ha supuesto para Suecia entrar en la OTAN?-Hemos entrado con una visión clara: queremos ser un aliado de la OTAN importante. A partir de nuestra ubicación geográfica, que es vital, aportamos unas Fuerzas Armadas muy bien entrenadas y una industria de defensa muy avanzada. En 2014 se debatió, pero después de febrero de 2022 vimos que no estábamos suficientemente seguros fuera del paraguas de la OTAN y necesitábamos entrar. -Su ingreso no fue igual de sencillo que el de su socio Finlandia…-Se demoró un poco por otras personas (ríe). [ Turquía y Hungría vetaron la entrada de Suecia en la OTAN durante meses. El Gobierno de Erdogan les acusaba de apoyar a los separatistas rusos, mientras que Orbán les tildó de «gobierno hostil»] -¿Cómo están las relaciones con Turquía?-Están bien. Fuimos rehenes de una situación política doméstica turca. Suecia siempre se ha mostrado a favor de la ampliación de la UE y apuesta por la adhesión de Turquía si cumple los requisitos que se le piden. Tenemos muchos lazos industriales, es un destino turístico, tenemos una colonia muy importante… Pero ya estamos dentro de la OTAN y es algo que dejamos atrás.-El ministro de Defensa sueco afirmó hace una semana que «no se puede descartar un ataque ruso».-Es la opinión de nuestro ministro y de la mayoría del ‘establishment’ de defensa. No es algo nuevo. Pensábamos que con la caída del Muro (el 9 de noviembre se cumplieron 35 años) podíamos integrar a Rusia a una visión más abierta, con los valores democráticos. Hicimos un esfuerzo enorme. Éramos uno de los países que más invertimos en la sociedad rusa y nuestra industria siempre ha sido muy activa, pero Rusia por sus propias decisiones decidió tomar su propio camino.-Entonces, ¿ya no tienen ningún vínculo con Rusia?-No. Después de la invasión terminó todo. No tenemos nada oficial con Rusia.«Suecia, como otros países, ha tenido un problema con la integración, no con la inmigración»-Ahora el vínculo es más fuerte entre los países del norte de Europa: la gran unidad nórdica.-La cooperación entre los países nórdicos ha existido antes de la adhesión a la OTAN, y ahora se ha fortalecido. Somos un conjunto de cinco países (Dinamarca, Noruega, Finlandia, Islandia y Suecia) que compartimos valores y una situación geopolítica. En esta región tenemos un enemigo común muy fuerte.-Otra amenaza es China. Usted estuvo ahí destinado y conoce la sociedad china.-A China no debería interesarle que la guerra en Ucrania continuara, porque solo da inestabilidad en nuestra región y eso también afecta directamente a Pekín. Debería hacer mucho más para que productos tecnológicos no llegaran a Rusia. Ya le hemos dicho que tienen que cumplir con los requisitos de no participar en una guerra así. También es preocupante la participación de Corea del Norte. -¿Le preocupan los resultados de las elecciones en Estados Unidos?-El pueblo americano ha elegido a su próximo presidente y la cooperación transatlántica va a continuar, como siempre. Suecia, hace ocho años dijo que iba a trabajar con Estados Unidos, con el presidente que saliera, y ahora es igual. -Trump ha sido muy beligerante con la Alianza, sobre todo con aquellos países que no aportaban el famoso 2%.-Es importante para Europa asumir nuestra propia responsabilidad. El presupuesto de defensa siempre ha sido un tema para discutir, no sólo con Trump, también con los presidentes demócratas. Europa tiene que hacer frente a ese presupuesto. En Suecia estamos ya en un 2,2% y subiendo. Hay otros países que no lo están haciendo. Podemos hacer mucho más y prepararnos mucho más para el futuro. Tenemos que trabajar con quien sea el presidente de Estados Unidos. El vínculo transatlántico es vital.-Otro asunto controvertido ha sido el migratorio.-Suecia ha sido y va a continuar siendo un país que reciba inmigrantes. Un 20% de nuestra población son descendientes de inmigrantes o han nacido fuera de Suecia. Han sido muy importantes para la economía de nuestra sociedad. Suecia, como otros países, ha tenido un problema con la integración, no con la inmigración. El flujo de inmigrantes ha sido enorme y la capacidad de absorber en temas de viviendas o servicios ha sido un poco problemático. Es normal que haya discrepancias de cómo podemos integrarlos mejor. La inmigración es necesaria, pero tenemos que ver cómo lo hacemos con la integración.
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7 diciembre, 2024