La escalada del conflicto en Oriente Próximo continúa desde el ataque del pasado sábado de Hamás contra Israel y, con ella, lo hace el horror en los territorios afectados. Tras la primera ofensiva del grupo paramilitar palestino, el Gobierno de Benjamín Netanyahú ha orquestado una respuesta en la que combina el lanzamiento de misiles sobre la Franja de Gaza con un «asedio total», que ha privado a los habitantes de esta zona de luz y agua.
De los riesgos de este corte han advertido diferentes entidades, entre ellas, el Comité Internacional de la Cruz Roja: «A medida que Gaza se queda sin electricidad, los hospitales se quedan sin energía, lo que pone en peligro a los recién nacidos en incubadoras y a los pacientes ancianos con oxígeno. La diálisis renal se detiene y no se pueden hacer radiografías».
«Sin electricidad, los hospitales corren el riesgo de convertirse en cementerios», aseguraba Cruz Roja en un comunicado emitido este jueves con declaraciones de Fabrizio Carboni, director regional para Oriente Próximo y Oriente Medio de este organismo.
En este sentido también se ha expresado el director del Hospital Al-Shifa, Muhammad Abu Salima. «Si la electricidad para, nuestros hospitales se convertirán en fosas comunes masivas», explicó al diario ‘The New York Times’ el responsable mayor complejo médico de la Franja de Gaza el pasado miércoles.
Entonces, el hospital disponía de combustible suficiente para hacer funcionar los generadores durante cuatro días, de los cuales ya han pasado dos. Para evitar malgastar sus recursos, el centro, que atiende a los heridos de los bombardeos, ha limitado el consumo de electricidad a los servicios esenciales.
No es la única dificultad que están encontrando los habitantes de la Franja. «Las familias de Gaza ya tienen problemas para acceder al agua potable. Ningún padre quiere verse obligado a dar agua sucia a un niño sediento», destaca Carboni en su comunicado.
«Al mismo tiempo, las familias israelíes están muy preocupadas por la toma de rehenes, que está prohibida por el derecho internacional humanitario, y cualquiera que esté retenido debe ser liberado inmediatamente, recalca.
Y añade: «Estamos en contacto con Hamás y con funcionarios israelíes para tratar este asunto. Como intermediarios neutrales, estamos dispuestos a realizar visitas humanitarias, a facilitar la comunicación entre los rehenes y sus familiares y una eventual liberación».
Sobre la situación sanitaria al norte de Gaza se ha pronunciado también el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevik, que la ha calificado de «catastrófica». La agencia de la ONU pide a Israel que suspenda la decisión de evacuar, en las próximas 24 horas, a la población que vive en el norte para reubicarla en el sur por considerarla «una sentencia de muerte para los civiles».