Miles de personas se encontraban en el hospital de Al Ahli, ubicado en el norte de la Franja de Gaza, cuando fue bombardeado. Algunos gazatíes heridos estaban ingresados y otros muchos permanecían allí porque lo consideraban «un lugar seguro».
Nadie se responsabiliza del ataque, que ha dejado más de 500 víctimas mortales y cientos de heridos según las autoridades de Gaza. Hamás asegura que se trata de un ataque de Israel, pero las Fuerzas de Defensa israelíes (IDF por sus siglas en inglés) niegan su autoría y acusan a la Yihad Islámica.
«Según la información de los servicios de inteligencia, basada en varias fuentes que hemos obtenido, la Yihad Islámica es responsable del lanzamiento fallido del cohete que golpeó el hospital», indica el ejército israelí en un comunicado.
De hecho, IDF ha publicado en sus redes sociales varias imágenes que respaldarían su información. En uno de los vídeos difundidos aseguran que se puede observar cómo «un cohete dirigido a Israel falló y explotó a las 18:59, el mismo momento en que un hospital fue alcanzado en Gaza».
Además, el ejército ha publicado imágenes de las Fuerzas aéreas de Israel (IAF por sus siglas en inglés) en las que muestran el «área alrededor del hospital antes y después del fallido lanzamiento del cohete».
A failed rocket launch by the Islamic Jihad terrorist organization hit the Al Ahli hospital in Gaza City.
IAF footage from the area around the hospital before and after the failed rocket launch by the Islamic Jihad terrorist organization: pic.twitter.com/AvCAkQULAf
— Israel Defense Forces (@IDF) October 18, 2023
El propio Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se ha pronunciado sobre el bombardeo: «El mundo entero lo sabía. Los bárbaros terroristas de Gaza son los que atacaron el hospital de Gaza, no las Fuerzas de Defensa de Israel».
Por su parte, el grupo armado palestino Yihad Islámica ha negado el ataque y ha acusado a Israel de «fabricar mentiras» para «evadir su responsabilidad por la masacre».
«Lanzar acusaciones contra Yihad Islámica no absolverá al enemigo de su responsabilidad por la masacre. El enemigo está tratando de inventar mentiras, como siempre, para evadir la responsabilidad por la brutal masacre», reza un comunicado recogido por la cadena de televisión panárabe Al Mayadín.
Además, en el escrito destacan que el hospital atacado había recibido avisos explícitos del Ejército de Israel de evacuarlo, por lo que «las narrativas contradictoras presentadas por el enemigo exponen sus mentiras».
Condena internacional
La comunidad internacional ha condenado el ataque. Jordania, país que tiene relaciones diplomáticas con Israel, afirmó que Israel «carga con la responsabilidad» de la tragedia y ha canceló una cumbre regional en Amán prevista para este miércoles para retomar el proceso de paz en Oriente Medio. En el encuentro iba a participar Joe Biden, presidente de Estados unidos, junto al rey jordano Abdalá II, el presidente palestino Abás y el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, informa EP.
Desde el avión presidencial, Biden ha declarado estar «indignado y profundamente entristecido» por el bombardeo al hospital y ha pedido que se investigue lo ocurrido.
También el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha dicho sentirse «horrorizado» por la masacre y ha pedido «alto el fuego humanitario inmediato». Los ataques de Hamás «no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino», ha dicho este miércoles en China.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha sumado a la condena y ha confirmado que «el hospital estaba en funcionamiento, con pacientes, cuidadores y personas desplazadas internamente que se refugiaban allí» en el momento del ataque.
Protestas en todo el mundo
El bombardeo al hospital ha desatado una ola de protestas en muchas partes del mundo, las más violentas en Oriente Medio. Asimisno, Hezbolá ha anunciado «un día de ira sin precedentes» y ha pedido al pueblo árabe «que salga a las calles y plazas a expresar su ira y ejercer presión sobre los gobiernos dondequiera que se encuentren».
Durante las concentraciones se han podido observar símbolos y banderas palestinas y escuchar consignas contra Israel, además de quemar banderas del país. La más violenta se ha registrado en la capital de Líbano, Beirut, donde los manifestantes han prendido fuego a la embajada norteamericana.