Imagen de archivo de una bandera de Hezbolá – Europa Press/Contacto/David Allignon
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado la muerte del jefe de operaciones del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Ibrahim Akil, en los «bombardeos selectivos» ejecutados este misimo viernes contra la capital libanesa, Beirut, y que dejan un balance provisional de nueve muertos y casi 60 heridos.
Junto a Akil han fallecido en torno a una decena de comandantes de Hezbolá, incluidos algunos de los «arquitectos del ‘Plan de Conquista de Galilea'», una supuesta operación con la que la milicia trataría de «invadir» Israel en un ataque similar al del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) del 7 de octubre.
Akil inició su andadura en Hezbolá en la década de los años 80, cuando entró a formar parte de Yihad Islámica, participando en «numerosos ataques llevados a cabo en varios países». Desde 2004 ejercía las funciones de jefe de operaciones de Hezbolá y como comandante de la Unidad Radwan.
Esta unidad es una fuerza de élite de Hezbolá cuyo objetivo sería el de «ocupar los asentamientos de la Galilea israelí y matar a soldados y civiles inocentes», según informaciones del Ejército de Israel, que apuntan a que Akil «promovió muchos ataques terroristas y complots» contra israelíes y las FDI.
Más tarde, el portavoz de las FDI, Daniel Hagari, ha detallado que Akil y el resto de comandantes asesinados en el ataque en Beirut se encontraban reunidos «de forma clandestina bajo un edificio residencial» en el centro de Dahiyé, uno de los escenarios del bombardeo.
Según ha detallado Hagari durante una rueda de prensa para explicar la operación en Beirut, estos comandantes de Hezbolá «utilizaban civiles como escudos humanos» y se habían reunido para «coordinar actividades terroristas contra civiles israelíes».
«Los comandantes de Hezbolá que eliminamos hoy llevaban años planeando un ‘7 de octubre’ en la frontera norte», ha manifestado Hagari, aludiendo así a los presuntos preparativos de Hezbolá de llevar a cabo un ataque similar al perpetrado por Hamás hace casi un año y que supuso el detonante de la actual guerra regional.
Así las cosas, el portavoz del Ejército de Israel ha asegurado que sus tropas han alcanzado y alcanzarán en el futuro «a cualquiera que amenace la seguridad de los ciudadanos del Estado de Israel».
Akil promovió el ataque a la Embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983, lo que le sirvió una orden de búsqueda por parte de las autoridades estadounidenses, que llegaron a ofrecer una recompensa de siete millones de dólares por información que pudiera facilitar su captura.
Las Fuerzas Armadas de Israel han llevado a cabo este viernes un «bombardeo selectivo» contra varias ubicaciones en el sur de Beirut, dejando al menos nueve muertos y casi 60 heridos en un ataque que se produce en medio del repunte de los enfrentamientos con Hezbolá y que eleva el temor a una expansión del conflicto en la región.
El ataque es el primero que ejecuta Israel contra Beirut desde el 30 de julio, cuando mató a un destacado comandante de Hezbolá identificado como Fuad Sukur –suceso que se saldó también con la muerte de un asesor iraní y cinco civiles, incluidos dos niños–, un día antes del asesinato en la capital de Irán, Teherán, del líder del brazo político de Hamás, Ismail Haniye, suceso achacado a las autoridades israelíes.
El bombardeo llega además en medio del drástico repunte de las tensiones tras dos días de explosiones coordinadas de dispositivos de comunicaciones del grupo –el 17 y el 18 de septiembre–, ataques achacados a Israel y que han dejado cerca de 40 muertos y unos 3.000 heridos, según el último balance facilitado por las autoridades libanesas.
El repunte de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá –un grupo apoyado por Irán que cuenta con un importante peso militar y político en Líbano– han hecho temer con la posibilidad de una expansión del conflicto en Oriente Próximo. En este contexto, el Ejército de Israel presentó la semana pasada a Estados Unidos sus «planes operativos» respecto a Líbano.