Los argentinos se acercaron este domingo a las urnas para elegir nuevos legisladores en una jornada que marcará el rumbo de la Casa Rosada durante los próximos dos años. Desde muy temprano por la mañana, las mesas de votación de todo el país se … abrieron para dar inicio a unas elecciones que permiten la renovación de 24 bancas de senadores y 127 de diputados.
Si bien los comicios se desarrollaron sin mayores incidentes, el día se vivió con una fuerte tensión en el ambiente, algo que suele ocurrir solo en los comicios presidenciales. A la inquietud de los ciudadanos por el futuro próximo de la economía del país se sumó la mirada atenta de los mercados y de Estados Unidos, que había asegurado que condicionaría la ayuda financiera al Gobierno del presidente, Javier Milei, a los resultados obtenidos en las urnas. Los miembros del Gabinete intentaron enviar un mensaje de calma al acercarse a votar.
A lo largo de todo el día, la Casa Rosada llamó a sus seguidores a votar con el propósito de asegurarse un tercio de los escaños en el Congreso, para que actúe como un freno a las iniciativas de la oposición. Sin embargo, la participación en las urnas, ayer tarde, no estaba siendo la esperada.
Algunos miembros del Gabinete de Milei atribuyeron el fuerte ausentismo al «cansancio» de los ciudadanos de ir a votar. En esta ocasión, además, debutaba en Argentina una nueva modalidad de sufragio, denominada «boleta única», que consistió en un listado general de todos los candidatos para las dos cámaras del Congreso, lo que permitió agilizar la votación.
Los comicios de este domingo funcionaron, en términos políticos, como un punto de inflexión para la administración de Milei en dos sentidos: han sacado a la luz la incertidumbre con respecto a la gobernabilidad de la gestión actual, y han supuesto como pistoletazo de salida para las elecciones presidenciales de 2027.
La jornada electoral se desarrolló ayer sin grandes complicaciones y las mesas de votación estuvieron abiertas hasta las 18.00 (hora local).
Tensión electoral palpable
El presidente Milei se acercó a las urnas a media mañana, acompañado de su hermana, la secretaria de Presidencia Karina Milei, y rodeado por numerosos agentes de seguridad. El jefe de Estado decidió ayer no hacer declaraciones a la prensa, que lo aguardaba a la espera de algún mensaje para los electores.
Una de las principales dudas que había en la antesala de la jornada electoral se vinculaba con el grado de participación en las elecciones, dado que en los últimos años se registró en Argentina una clara caída en la tasa de participación –pese a la obligatoriedad de las votaciones–. Apenas pasado el mediodía, ya se advertía que el nivel de abstención era bastante mayor que en las últimas elecciones de mitad de mandato, que tuvieron lugar en 2021. Pasadas las 14 horas, solo un 20% del total del censo se había acercado a votar, un 10% menos que en las legislativas ocurridas cuatro años atrás.
Bullrich insiste en votar
Durante toda la jornada electoral, los distintos miembros del Gabinete de Milei insistieron en alentar a los jóvenes en que asistieran a las urnas para emitir su voto. «Es un día muy importante. Que los jóvenes vengan a votar», pidió Karina Milei, en declaraciones a los periodistas al llegar a votar. El mismo mensaje expresó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien insistió: «Le pido a la gente que salga a votar, necesitamos más diputados y senadores». «Esta es la elección que da gobernabilidad», reconoció.
El candidato a diputado por el oficialismo en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli –quien reemplazó a José Luis Espert tras las acusaciones de corrupción–, aseguró horas antes de conocerse los resultados: «Ha sido una campaña difícil, corta para mí, 18 días».
Incluso el expresidente Mauricio Macri ofreció ayuda al Gobierno, que atraviesa una delicada situación tanto en el ámbito económico como en el terreno político. Consultado por la prensa argentina al acercarse a votar, el exmandatario se mostró este domingo dispuesto a «ayudar a generar gobernabilidad», a la vez que dijo que esperaba «una elección pareja y que el mercado se calme».
El domingo electoral en Argentina se respiraba en el ambiente una sensación de incertidumbre, habida cuenta de los cambios que se esperan en el país a partir de hoy. En primer lugar, el mismo presidente Milei advirtió días atrás de que tras las elecciones se pondrá en marcha una reestructuración del Gabinete de Gobierno –algunos indicios se han visto recientemente, con la salida de dos ministros en menos de 48 horas–. Pero, sobre todo, los argentinos temen un colapso en la economía y que se produzca una fuerte devaluación del peso.
En este sentido, el portavoz de Casa Rosada, Manuel Adorni, intentó llevar un mensaje de calma al electorado. «No hay por qué preocuparse. Mañana la Argentina va a seguir igual y vamos a seguir gobernando», aseguró ayer. Mientras, el ministro de Economía, Luis Caputo, advirtió: «No puedo prometer que no haya más volatilidad».
Por su parte, las figuras del peronismo aprovecharon la creciente inestabilidad económica para disparar contra el Gobierno. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien resultó el gran vencedor en las urnas el pasado 7 de septiembre, se refirió a las legislativas de este domingo como una «elección crítica». Y pidió tener mayor diálogo con el presidente. «Tienen mi teléfono en la Rosada, úsenlo», ironizó.
