Según los vecinos, se estima que cerca de 500 gatos viven en condiciones precarias en el lugar, lo que ha generado problemas de salubridad.
Por muchos años, Esperanza Soto, una residente comprometida con el bienestar animal, ha cuidado a cientos de gatos en estado de abandono que se han refugiado bajo el puente de Los Caracoles, en Cartagena. Sin embargo, las condiciones actuales del lugar no son las mejores y la presencia de los felinos ha comenzado a generar tensiones en sectores aledaños como La Troncal.
Regina Hoyos, presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Troncal, manifestó su preocupación en el Noticiero Popular de La Cariñosa. Según ella, la situación ha escalado al punto de afectar la calidad de vida de los vecinos. “El mal olor es insoportable, especialmente en las tardes. Además, se han presentado incendios provocados en las estructuras improvisadas poniendo en riesgo tanto a los gatos como a la comunidad”, señaló Hoyos.
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El impacto de la creciente ola de felinos también ha sido evidente en la salubridad del área. Según cálculos de los vecinos, hay cerca de 500 gatos en el lugar, lo que ha generado una necesidad urgente de intervención.
Tras esto, Adolfo Pérez, director de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA), anunció en La Cariñosa que junto a la Policía Ambiental próximamente llevarán a cabo un operativo para reubicar a los gatos en condiciones más adecuadas.
Según el funcionario, los felinos serán trasladados a un albergue gestionado por una fundación en las afueras de la ciudad. “Queremos garantizar el bienestar de estos animales. Serán evaluados por veterinarios, recibirán atención médica y estarán en un entorno seguro”, explicó Pérez.
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La UMATA también planea recuperar el espacio público bajo el puente de Los Caracoles y promover campañas de sensibilización sobre la tenencia responsable de mascotas, con el fin de prevenir que esta situación se repita.
El operativo está programado para la próxima semana y se espera que permita resolver una problemática que, durante años, ha generado tanto admiración por la labor de Esperanza como inquietud por las condiciones de la comunidad.