Murió en 2015 en la ciudad de Sincelejo, Sucre.
Este 18 de noviembre se cumplen nueve años de la muerte de uno de los más grandes exponentes de la música tropical colombiana: Calixto Ochoa. El maestro, conocido por su destreza en el acordeón y su inconfundible estilo de cumbia, dejó una huella imborrable en la música del Caribe colombiano y el mundo entero. Su legado sigue vivo en cada acorde y en cada baile que sus canciones provocan, trascendiendo generaciones y fronteras.
Calixto Ochoa, nacido en Valencia de Jesús, Valledupar, el 14 de agosto de 1934, comenzó su carrera musical en la infancia, influenciado por la tradición musical de su región. Con el tiempo, se consolidó como una de las figuras más representativas de la cumbia y el vallenato, dos géneros que marcaron la pauta en la música colombiana de los años 70 y 80. Ochoa, además de ser un virtuoso del acordeón, sobresalió por su capacidad para componer letras que hablaban de la vida cotidiana, el amor, la naturaleza y las costumbres del Caribe colombiano.
Uno de sus mayores logros fue la creación de éxitos como : Los Sabanales, mata e´caña, el viejo del sombrerón, charanga campesina, entre otras canciones que aún hoy resuenan en las fiestas y celebraciones de Colombia y el exterior. Su estilo particular, que fusionaba la cumbia tradicional con el sonido moderno del acordeón, hizo que su música fuera apreciada no solo por los amantes del folclore, sino también por nuevos públicos, que encontraron en su sonido una conexión con la historia y la identidad del Caribe.
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Una vida dedicada a la música
La vida de Calixto Ochoa estuvo marcada por un profundo amor a su tierra y su música. A pesar de los obstáculos y las dificultades que enfrentó a lo largo de su carrera, nunca dejó de trabajar por la preservación de las tradiciones musicales de su región. Sus interpretaciones eran una mezcla de pasión, técnica y sentimiento, cualidades que lo convirtieron en uno de los músicos más queridos y respetados de Colombia.
En el año 2015, Ochoa sufrió un accidente cerebrovascular que lo alejó de los escenarios, pero su legado continuó siendo fuente de inspiración para jóvenes artistas y para los grandes exponentes de la música vallenata y cumbiera. Su último concierto fue en 2014, un emotivo recital que reunió a fanáticos de todas las edades para rendirle homenaje a quien, a pesar de los años, seguía siendo el corazón de la cumbia.