La exsecretaria de infraestructura de Santander, Claudia Yaneth Toledo, y su esposo Lennin Darío Pardo recibieron en su casa, en Bucaramanga, a un equipo periodístico del medio de Noticias Caracol. Con sus pruebas en mano revelaron lo que califican como la más feroz radiografía de la corrupción durante la gobernación de Richard Aguilar, entre 2012 y 2015.
“Es muy difícil, lo hablo en mi campo, para el constructor en el área de la ingeniería civil, es muy difícil en Colombia hacer buena carrera honestamente. Es lo que vemos diariamente y lo hablo con total franqueza porque fui parte de una estructura de corrupción, en este caso en el departamento, en la gobernación de Santander, y lo que pude ver, lo que pude observar, definitivamente la corrupción es el mal más poderoso que pueda existir en el país”, dice Claudia Toledo.
«La proporción de la palabra corrupto es como el que recibe 100 pesos hasta el que recibe 1.000 millones. Yo soy un corrupto que estoy pagando por eso. Es que no lo puedo decir de otra manera. Suena duro, suena difícil, pero no lo puedo decir de otra manera. Ellos han dicho y han tratado y trataran de defenderse y decir que no, pero ellos estaban en el sistema, eran las cabezas de un sistema de corrupción, entonces los que pertenecimos a ese sistema pues qué somos: corruptos. Y ellos son corruptos» – dice Lennin Darío
Con la convicción de que era necesario destapar la olla podrida, Claudia Toledo y Lennin Pardo le entregaron a la justicia documentos, chats, videos y audios que tienen en prisión a Richard Aguilar y que llevaron a Edwin Ballesteros, con la voz quebrada, a renunciar al Congreso el miércoles pasado
De acuerdo con su relato, desde el día uno de su administración Richard Aguilar modificó el manual de contratación para controlar cada licitación sin despertar sospechas. Su hombre clave para estas operaciones era Julián Libardo Jaramillo, entonces asesor de Aguilar y supuesta cabeza de una oficina paralela que amarraba los negocios y tramitaba las coimas.
En su momento el gobernador Aguilar le dio la orden de direccionar un contrato por 185 mil millones de pesos para que se lo ganara un primo del coronel Hugo Aguilar, padre de Richard. Se trataba del negocio del corredor vial San Gil-Charalá-Duitama. Sin embargo, como el contratista no cumplía los requisitos, no se pudo entregar a dedo. Molesto, Aguilar dio una nueva orden: la licitación del corredor agroforestal tenía que dársele sí o sí a su familiar.
Los testigos relataron, además, que como gobernador Richard Aguilar le hizo campaña a Holger Díaz para que éste lo sucediera en el cargo, pero que no lo logró a pesar de la plata que le metió a esa candidatura. Dinero que, dicen ellos, salió de la contratación pública de Santander. Quizá por eso Pardo concluye: “Mientras las campañas políticas cuesten lo que cuestan, mientras las decisiones de los gobernantes no sean técnicas sino políticas, siempre va a haber un precio por cada cosa”.
Tomado de: Caracol Noticias