Por incumplir los requisitos sanitarios que establece la Resolución 2674 de 2013 para la preparación de alimentos, el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) suspendió la cocina de la Cárcel de Ternera. El Rancho, como es conocido ese área, obtuvo el concepto desfavorable de la entidad desde el pasado 28 de noviembre.
Grietas en paredes y pisos, que facilitaron el estancamiento de residuos líquidos y sólidos, generando moho con coloración negra y verdosa en los pisos, están entre las causas de la medida.
Además, el Dadis encontró que no había lavamanos, los sifones no tienen rejilla, lo cual permite el libre ingreso de roedores; y las campanas extractoras, extractores de aire y ventiladores están fuera de servicio, por lo que la temperatura se mantiene alta.
Adriana Meza, directora del Dadis, afirmó que “El Rancho no cumple las condiciones sanitarias en infraestructura, mantenimiento, conservación y preparación de alimentos para el consumo humano. Ahí no se puede cocinar”.
Ante la suspensión de actividades, Meza Yepes resaltó que es competencia de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) garantizar la alimentación de los internos. Para verificar que se esté cumpliendo la medida, el Dadis visitará hoy el penal.
¿Y los vehículos?
La cocina no es el único dolor de cabeza de este centro penitenciario.
Edwar Montaño, presidente del Sindicato de Empleados Unidos Penitenciarios (Seup), precisó que ninguno de los tres vehículos a disposición del centro penitenciario está en óptimas condiciones.
“El busetón, que es el vehículo principal, tiene más de dos meses en la parte interna de la cárcel, varado. Una de las dos camionetas tipo panel tiene el mismo tiempo allí, varada; y la otra está en cuidados intermedios porque no le hicieron una reparación profunda. En ella toca ir a baja velocidad para que no se vare a mitad de camino”.
Señaló que para solventar la necesidad de transporte, la dirección del penal contrató a una empresa privada. “Una buseta, manejada por un civil, está transportando a los internos a las remisiones judiciales, pero este vehículo no cumple con las medidas de seguridad. El conductor no tiene ninguna capacidad de obrar ante una acción de agresión externa, entonces pone en riesgo a los internos, funcionarios del penal y al mismo conductor”.
Montaño advirtió además que la buseta no cuenta con aislamiento interno, situación que podría generar desmanes en el vehículo.
“Es una buseta normal, no tiene rejas ni candados que aíslen a la población privada de la libertad de los demás funcionarios. Van mezclados y por eso se puede dar una agresión, un atentado, los internos pueden tomar como prisioneros a los funcionarios y tampoco llevamos escoltas de la Policía para atenuar ese flagelo”.
Sin embargo, lamentó que el contrato con el mencionado medio de transporte finaliza mañana. “Quedamos nuevamente en la misma situación de no tener un vehículo para transportar. No hay una respuesta clara de parte de las directivas del Inpec local ni nacional, ni de parte de la Uspec, a la cual ya se le elevó una petición y la respuesta es que no hay dinero”.
Para que les colaboren con la reparación de los vehículos varados, guardias del Inpec están gestionando ante la Alcaldía de Cartagena y la Gobernación de Bolívar.
Sábado sin vehículo
Montaño recordó que el sábado a eso de las 2 de la tarde, cuando un recluso hirió a una mujer en el cuello, ocasionándole la muerte, no había ni un vehículo prestando el servicio de transporte en la cárcel.
“Tuvo que ser transportada a la clínica en un taxi porque el señor que maneja la buseta estaba almorzando, y la camioneta a la que no se le puede subir la velocidad estaba en una remisión en Magangué”.
ELUNIVERSAL